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Unidad de Saavedra, modelo dentro del Sistema Penitenciario de la Provincia de Buenos Aires.
El trabajo en los talleres y los cursos como formas de acción, de distracción y la posibilidad de construcción de una inserción social efectiva.
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Muchos de los internos del Penal Nº 19 jamás hicieron su huerta o se ocuparon del jardín de sus casas.
Es probable que muchos de ellos nunca tuvieran una casa que sintieran propia, con un espacio donde pudieran plantar algunas flores, realidad innegable para una sociedad que muchas veces, en reiteradas ocasiones, resulta excluyente y luego se pregunta el por qué del aumento del delito.
Muchos jamás soñaron siquiera tomar un cepillo de carpintero, un martillo y otras herramientas para construir algo, sino que lo que usaron lo hicieron para destruir a otros y a sí mismos, hasta que les alcanzó el peso de la ley.
Tampoco pensaron para sí el estar sentados frente a una maquina de coser, elaborando prendas para una murga de una localidad cercana, o confeccionado la capellada de una zapatilla.
Mucho menos se vieron en la cocina elaborando distintos panificados y productos de pastelería que dicen están haciendo engordar a sí mismos y al personal que trabaja en el área de educación o en otros sectores de servicio, como el de salud.
En el lugar funciona como taller una carpintería y uno de aparado, donde se arman las capelladas de zapatillas y otros calzados para varias empresas, entre ellas Le Utopik de Coronel Suárez.
Hablamos con Diego Herman, Jefe de la Sección Talleres, donde nos explica que en la carpintería se hacen las reparaciones que son necesarias en el Penal, también trabajos solicitados por personal de la Unidad o por terceros.
Hay un sector de aprendices y otros que están más avanzados para llevar a cabo los trabajos más específicos y delicados.
Por su parte, el Jefe del Taller de Aparado, Pablo Alza, explica que si bien el lugar pretende funcionar como una verdadera fábrica, muchas veces es esto un poco difícil de lograr, porque hay muchos cambios de concurrentes y también varios días que se trabaja con jornada reducida, porque hay quienes van a la escuela medio turno o reciben la visita de sus familiares.
Pero se entiende que este lugar es una posibilidad de aprendizaje del ritmo laboral en una fábrica o en un taller, donde es necesario, entre otras cosas, el respeto entre compañeros y a los que los dirigen.