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Su propia formación académica fue permanente y la ubica como un claro ejemplo de lo que enseñan.
Trabajo, discurso impecable, perseverancia y energía incansable.
Algunos de los calificativos que se mencionaron para despedirla.
Pocas palabras embargadas en la inmensa tristeza que la aqueja.
“Siento el dolor mas lacerante que se puede sentir a partir de la perdida de un hijo, gracias, gracias a todos” expresó con entereza pero con la lógica emoción.
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Fue el momento mas duro del acto, mas sentido posiblemente, el momento en que fue invitada a hablar la Licenciada Maria Cristina Otamendi, quien deja tras de si una imagen impecable en toda su amplia trayectoria al servicio de la educación.
La definió con toda exactitud la Profesora Saint Julien en su mensaje, cuando subrayó en ella su conocimiento disciplinar, su pericia didáctica, su pasión por lo que enseña, en lo humano, su capacidad de trabajo, su impecable discurso, su perseverancia y energía incansable.
Su paso por la gestión directiva coincidió con una etapa de crecimiento institucional y transformaciones profundas en la educación superior, que asumió y canalizó en acciones que posicionaron al Instituto Nº 160 a la altura de los mas sólidos establecimientos formativos de la región educativa, con acreditación plena, variada oferta educativa y participación permanente de los principales programas y proyectos del nivel por su propia formación académica que fue permanente y la ubica como un claro ejemplo de lo que se enseña.
Fue breve en el agradecimiento pero no pudo ocultar, como es de imaginarse, el dolor desbastador, como ella mismo lo definió, que se siente después de la perdida de un hijo.
Cristina Otamendi se encontraba acompañada por su esposo, el Dr. Ángel Antonelli, su hija y otros allegados, pero deja en la Unidad Académica un sello distintivo inalterable.
Desde la Radio nuestra profunda admiración.