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Lo que nadie debería olvidar, lo que las nuevas generaciones deben conocer.
Recordar siempre.
Una conmovedora entrevista con Julio Losada.
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Este sábado 24 de marzo el acto oficial por este Día Nacional se llevará a cabo en la localidad de Huanguelén.
Esta población del interior del Distrito de Coronel Suárez tiene una larga lista de detenidos y torturados por la pasada Dictadura Militar, a la que se suman quienes fueron asesinados por ella, como es el caso del farmacéutico Rodolfo Gini, quien era docente en el colegio secundario de esa localidad, y un numeroso grupo de desaparecidos, como por caso Carlos de la Fuente, Lidia Delia Fernández Plaul, Raúl Ferreri y Raúl Guido.
Tuvo también muchos jóvenes que se exiliaron en España o en Francia, lejos de la Argentina y de una Latinoamérica donde en esos años gobernaban los militares, con consignas de genocidio más o menos parecida en cada país.
Huanguelén estaba catalogada en los archivos militares como tierra de subversivos, lo que motivó que a cada momento llegaran delegaciones militares a intimidar, a controlar los accesos a la localidad, a recorrer muchos domicilios en busca de panfletos, literatura, música o cualquier elemento que se consideraba que era de izquierda; solían aparecer los soldados en la puerta de los colegios, no solo secundarios sino también primarios, haciendo un acto de fuerza con su presencia, que era palpable para los niños, para los padres y los docentes.
Julio Losada, quien es hoy Presidente del Instituto Cultural de la Municipalidad de Coronel Suárez, se fue de Argentina en el año 1976, luego de haber tenido la “osadía” de poner en escena en el Teatro Argentino de La Plata una obra que se consideraba comunista.
Con el apoyo del Escribano Domingo Moccero, junto a otras personas de nuestro país, se embarcó rumbo a Francia, tierra que junto a España, Suiza y otros países europeos recibía a los exiliados.
Su madre le alcanzó en el Puerto de Buenos Aires un pequeño neceser con algunos elementos indispensables y la recomendación para todos: que no se bajaran en ningún puerto latinoamericano, que no pisaran tierra, porque los lugares firmemente militarizados eran lugar inconveniente para bajar del barco en el que iban con bandera de otro país.
Una vez en Francia, junto a otro grupo de argentinos, ayudó a hacer posible el exilio de mucha gente de nuestro país, que entendió que tenían que irse, dejar la patria, en aquellos años donde no se podía pensar distinto a como pensaban y actuaban los militares.
Estuvo 20 años en Europa para regresar en el año 1996, cuando ya las cosas habían cambiado y era posible la libre expresión.
No se puede decir que atrás haya quedado esta parte de la historia de nuestro país, porque justamente lo que no debemos permitir es el olvido.
Como sostuvo siempre, con convicción, el Profesor Rodolfo Gini: “Sin justicia no hay libertad”, en lo que para la gente de Huanguelén se ha transformado en un clamor para no olvidar, recordar siempre, en busca de la verdad y de la justicia.