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Propuesta para la distinción anual en el Día de la Mujer.
“Hay que seguir trabajando por el reconocimiento de nuestra profesión”.
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Zulma Cobeaga hace cuatro años que se jubiló de su tarea como enfermera en el Hospital Municipal, pero sigue relacionada con quienes han sido sus compañeras de trabajo, a quienes ha inspirado y alentado en forma continua a la superación, a la capacitación constante, a aprender siempre, a considerar su profesión como tal.
Fueron sus ex compañeras de trabajo las que la propusieron como candidata a ser la Mujer Destacada de este año por su trabajo en el área de Salud.
Zulma considera el Hospital como su segunda casa.
Por sus pasillos correteó con otros niños cuando era pequeña, porque su madre y una tía trabajaban en el lugar.
En la Capilla, a la que mucha gente va a rezar cada día o a oír misa los domingos, ella se sentó desde chica en los bancos o se trepó hasta la imagen de la Virgen para lavarle el rostro.
Como hizo luego, muchos años después, cuando enjuagó el sudor provocado por la fiebre en la frente de muchos dolientes que llegaban al área de Terapia Intensiva, del que era enfermera, o como cuando ayudó a secar las lágrimas intranquilas, angustiadas de los padres que tenían internado en la Neo a su hijo recién nacido.
Empezó como comenzaban muchas enfermeras por aquellos años: siendo primero mucamas, hasta que de a poco, los mismos médicos o las enfermeras de más años las iban introduciendo en esta particular tarea vocacional.
Porque se necesita sobre todo vocación, amor hacia los otros para desarrollar con toda la humanidad que hace falta esta labor.
Relata: “empecé más tarde que mis otras compañeras, porque era menos lanzada o un poco más temerosa. Y luego, cuando me sentí segura y cuando hice el curso de enfermera, un día me propusieron seguir completando estudios en busca de la Licenciatura. Tenía entonces 50 años cuando la comencé a cursar, no tenía tantos años de trabajo por delante, pero lo hice para acompañar a Alicia (Gerk) y otras compañeras que se proponían obtener la Licenciatura. Creo que entré a la enfermería por la puerta mas chica, cuando ahora todas ingresan por la puerta grande, la que corresponde, con el título de enfermeras en la mano” comentó con toda energía, como es su característica personal.
Zulma Cobeaga agregó luego que “estoy segura, y eso es lo que les digo a las enfermeras de hoy, que hay que seguir trabajando por el reconocimiento de nuestra profesión. Para lograr algo hay que seguir demostrando, por eso es necesario cumplir cada día con la tarea en forma comprometida y con toda la humanidad. Nuestra labor es especial: se trata de acompañar en el dolor de la enfermedad y en hacer todo lo que podemos para la recuperación de la salud. Trabajamos con personas y eso determina que no se pueda cumplir bien con el trabajo si no hay vocación”.