Servicio Meteorológico Nacional - Coronel Suárez.
   
En el “Día Internacional de la Mujer”…
“Blanquita” Paz y el milagro de la vida.
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Nuestro simple y sincero homenaje a esta mujer que cumplió sobradamente con la comunidad, desde su entrega diaria a través de una vida honrada, solidaria, llena de amor y alegría -sin descansos- para con el prójimo, convirtiéndose en una verdadera madre para las innumerables y dichosas mujeres que se hallaban a punto de atravesar el culminante y especial momento de “El milagro de la vida”, al ser madres dando vida a un nuevo ser humano… Y “Blanquita” entregó desde su corazón más que su saber; su alma y su amor por tan noble tarea.
A través del homenaje a “Blanquita”, vaya el saludo especial para todas las mujeres!.
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“Blanquita” Paz y El milagro de la vida...
En su casa y junto a su marido Guillermo Neder, Blanca Paz recordada y querida obstétrica de Coronel Suárez, nos brindó con calidez una charla donde relató una parte importante de su vida: atender a la mujer parturienta y recibir a los niños en el extraordinario momento de nacer.
Unos mates de por medio y los recuerdos se agolpan y fluyen con emoción. Son las memorias de la mujer que atendió centenares de nacimientos: de madrugada, con lluvia y frío y en distintas y especiales circunstancias en que “Blanquita” puso más que su saber; su alma y su amor por tan noble tarea.
A Blanca Paz siempre le interesó ayudar al prójimo. De esa manera es que entra a trabajar en el Hospital Municipal en 1947 y se recibe de enfermera al estudiar en el primer curso práctico en 1948 –dictado por la Madre Superiora Sor Gemmea Wolf, enfermera de la Cruz Roja. La hermana Laudina le enseñó todas las tareas, hasta que pudo realizar el curso de Enfermería con los doctores: Enrique Herrera Paiva, José Luis Dambre, Rodolfo Zbinden y Dr. Pedro Tenti. La hermana Gemmea brindaba todas las clases prácticas.
“Eramos cuatro: Regina Poggio, Petrona Morales, Celina Piñataro y yo. Fuimos a dar el examen final a La Plata. Fueron unos días muy lindos que vivimos. También porque nos trasladábamos en mateos. Yo tenía 23 años de edad”, cuenta “Blanquita”
“Luego me fui a La Plata a estudiar de instrumentadora, pero unas compañeras me dijeron que me convenía estudiar la especialidad de Obstetricia y es así que comencé el estudio universitario que duró tres años. En el interín del estudio cumplimos con cursos de “Identificación del recién nacido” y para el parto sin dolor por el método “Psicoprofiláctico”, ya en la Capital Federal”.
Mientras cumplía con las guardias en la Maternidad de la ciudad de La Plata, Blanca viajaba a Capital Federal a trabajar en el Hospital Rawson, tarea que realizó durante un año. Blanca Paz, en el año 1954, recibió en la ciudad de La Plata su anhelado título universitario en la especialidad de Obstetricia. “En el año 1955 regresé a Coronel Suárez. Por él –dice sonriendo Blanca, mirando a su esposo- no hice la licenciatura en Obstetricia porque me casaba o realizaba el curso, así que terminé eligiendo por mi marido y gracias a Dios hace 51 años que estamos casados”.
“Atendiendo a las parturientas en Coronel Suárez, ellas podían elegir a su médico de cabecera. Yo podía medicar y atendía en el consultorio en mi casa”.
El querido doctor Raúl Caccavo...
Recordando al querido doctor Raúl Caccavo, cuenta Blanca, “que cuando lo llamaban venía al Hospital, entraba empujando las puertas y luego de los partos el doctor Raúl salía silbando y cantando alegremente”.
“El doctor era muy bueno y la gente le tenía mucha confianza y por sobre todo fue muy desinteresado. Atendía sin preguntar si tenían o no plata. A nosotros, nos atendió los hijos desde chicos, y siempre con suma paciencia y su manera sencilla y campechana de ser.
“Yo cumplía las guardias en el Hospital y mientras el parto venía bien no se llamaba al médico. Cuando el parto era para practicar una cesárea se lo llamaba al médico de la familia que casi siempre era el doctor Raúl Caccavo.”
Anécdotas; perlas de la vida...
“Resulta que yo me trasladaba en mi motoneta “Siambretta” a cumplir con mi trabajo en el Hospital Municipal. Un enfermo, que todas las mañanas me veía llegar, comentaba siempre: ahí viene la parterita motorizada”, acota riendo “Blanquita” Paz de Neder.
“También atendí a la esposa de Víctor Schwab, de Pueblo Santa Trinidad, que cuando nació su hija le puso de nombre Blanca por mi...”, recuerda con alegre sentimiento nuestra querida convecina “Blanquita” Paz.
El esposo de Blanca Paz, Guillermo Neder nos cuenta otra anécdota de aquellas épocas, muy distintas a hoy. “Una noche de lluvia y truenos, que caía agua en abundancia, ocurrió que como se mojaba el timbre, éste sonaba a cualquier hora. Entonces le puse una chapita para cubrir de que se mojara. Una madrugada suena el timbre y pensé:- otra vez el timbre este que se mojó. Y Blanca me dice: -y si es alguien que está llamando... Voy, abro la puerta del zaguán, casa de Urquiza 348, y estaba un señor delgado empapado hasta los huesos. Me pregunta: -¿está su señora? Yo la preciso... y entonces salimos con mi Ford “A” con pantaneras y fuimos atrás de la vía del Ferrocarril Mitre, enfrente de la quinta de Reimer, calles completamente desbordadas de agua y barro. Y sola mi señora se arregló para que la mujer tuviera un parto normal”.
“Otro día me llaman de la Guardia del Hospital, era un día feo y de mucha lluvia. Saqué el auto y me fui a la Guardia y cuando llegué habían sacado ya la camilla porque resulta que un hombre había cargado a la señora en un carro y como el caballo se le había escapado por miedo a la tormenta, él mismo vino tirando del carro y la señora tuvo el bebé sobre el mismo. Recuerdo que estaba de serena en la Guardia del Hospital Irene Szente y ya la habían puesto en la camilla por lo que sólo tuve que cortar el cordón y le extraje la placenta.
“Yo atendía en esta casa de Lamadrid 1735, con sala y consultorio. Y una noche un señor toca el timbre y me dice:- “traigo a mi señora muy descompuesta”, a lo que le digo : –Bueno la vamos a internar, -“no, está muy descompuesta...” - me dice. La hago pasar al consultorio y tuvo familia acá mismo, en mi consultorio”, señaló sonriendo.
También recuerda que muchos días le costaba dormir porque la ardua tarea le cambiaba los horarios y por allí debía tratar de dormir de día pero no conciliaba el sueño.
“En partos de mellizos atendí el de los hermanos Daniel Esteban y Juan Carlos Cavulea, hijos de Elvira Ostertag y Esteban Cavulea. Atendí también el parto de la señora Alida L. de Contti, docente, cuando nació su hijo Roberto Contti”.
“En otro momento esperando la combi en Bahía Blanca, apareció un taxi que nos buscaba para traernos a Coronel Suárez. El taxista de apellido Ostertag la miraba a Blanca y en un momento determinado le dice:- ¿Usted es Blanca Paz? – le contesté que sí y él me dice:- “Usted es mi segunda mamita...”.
Persecución policial....
Otra anécdota singular y cómica sucedió cuando “Blanquita”, que venía de atender un parto a las tres de la mañana, al pasar en auto por delante de la comisaría, el Comisario le hace señas de que pare y sentándose en el lugar del acompañante le dice: -“Señora lléveme que tengo que agarrar a dos muchachos que andan realizando ruidos molestos en la calle. Vaya más ligero así los alcanzamos!!!...”. Cuando llegamos a la sede social de Blanco y Negro al ver que estaba la camioneta de ellos, me dijo:“ahora déjeme acá”. Así, entre risas, Blanca Paz, nos cuenta otra de sus vivencias por cierto, más que especial.
La familia...
El matrimonio de Blanca Paz y Guillermo Neder tuvo dos hijos: Guillermo Omar (lamentablemente fallecido en un accidente automovilístico) y María Carolina que se casó con Gregorio Davenport Handley (primo del Arquitecto Trilla y sobrino de nuestra recordada convecina Ivonne T. de Leschot). Ellos tuvieron tres hijos, Braian (hoy 26 años) y después vendría Brenda (hoy 24 años), ambos nacidos en Coronel Suárez.
Alrededor de 22 años atrás María Carolina y su marido Gregorio –ante la difícil situación económica de nuestro país (período de Alfonsín)- decidieron radicarse en el hermoso y progresista país de Australia, más concretamente en Sidney. Allí trabajan y viven. Y en Australia nació el tercer hijo que lleva el nombre de Jeffrey (21 años). Los nietos son la luz y alegría de los abuelos Blanca Paz y Guillermo Neder. Tuvieron la oportunidad de viajar a ese lejano país en cuatro oportunidades y sus hijos y nietos han venido a visitarlos, además de estar en contacto semanalmente vía telefónica. Guillermo Neder resalta el orden, la organización y el respeto en la vida cotidiana de Australia. Ambos esposos reviven recuerdos de sus recorridas por ese país.
Blanca Paz, “Blanquita”, se retiró jubilándose en el año 1980, aunque igualmente la buscaban para que siga atendiendo... hasta que tuvo que decir que no. “Blanquita” ha dejado un buen recuerdo en las mujeres que atendió con su fecundo trabajo y amor brindado en pos de las numerosas familias de Coronel Suárez, por medio de esta tarea tan especial, la que Dios le puso en el misterioso y extraordinario camino de la vida...
Jorge Alberto Dukuen.
Del libro “Los latidos del sentimiento, caricias para el alma”. Noviembre de 2009
Página web: www.latidosdelsentimiento.blogspot.com

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A la izquierda Teresa Kalpin de Ullman con Guillermo, el hijo de "Blanquita" Paz y a la derecha "Blanquita" con Florencia, la hija de Teresa. Un recuerdo cariñoso y cotidiano de la noble tarea de ayudar a nacer
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