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Se reunieron más de 700 firmas para que Rosa Roth cumpla la condena en la cárcel y no goce de salidas esporádicas.
Entre el dolor de una Justicia que no fue suficiente y la indignación por la libertad transitoria.
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El homicidio de Elvira Treser se produjo en las primeras horas de la mañana del día 12 de octubre de 2006.
La vivienda, ubicada en una de las calles principales de Pueblo Santa María, fue mudo testigo de un ataque inexplicable a la mujer que vivía sola, conocida y querida vecina de esa Colonia Alemana.
Sus familiares la encontraron muerta, con signos de haber sido golpeada con un elemento contundente y del hecho violento en diferentes lugares de la casa.
El homicidio resultó a todas luces inexplicable y, como dice hoy una de sus hijas, Ester Treser, “probablemente hubiera quedado impune si Rosa Roth, quien después se declaró culpable del hecho, no se hubiera provocado un autorrobo que despertó sospechas a la Policía”.
Rosa Roth vive frente del domicilio de la víctima. Luego de cometer el hecho atendió el teléfono, una hija llamaba a Elvira desde Coronel Suárez porque no había llegada a esta ciudad como había quedado comprometida, y respondió en forma balbuceante, dando lugar a que quien llamaba pensara que se había confundido de número.
Lo que se sabe también es que esa mañana tomó mate con otra vecina, fue a la peluquería y se cambió el corte y el color de cabello, vio todo el dispositivo policial desde la ventana de su casa, cuando fue descubierto el crimen, y al día siguiente se provocó un autorrobo, que levantó las sospechas que fueron definitivas.
Luego vino la confesión ante la Ayudante de Fiscal de Coronel Suárez y la aportación de algunos elementos, que no obstante no resultaron suficientes para un juicio oral.
La Justicia convocó a los familiares para informarles que convenía, si así lo aceptaban, el juicio abreviado, por el que le daban una condena de 8 años de cárcel.
Entonces las hijas y los nietos de Elvira Treser sintieron que 8 años era poco tiempo y preguntándose todavía por qué Rosa Roth había cometido hecho tan atroz, se debieron conformar con lo que les ofrecía la Justicia.
Pero para fines del año pasado comenzaron en Pueblo Santa María a multiplicarse las voces de alerta que daban cuenta que habían visto a Rosa Roth algunas veces en esa localidad.
Hace poco tiempo atrás fueron a preguntar a la Fiscalía sobre el particular y les comunicaron la novedad que sienten que debió habérseles informado como familiares de la víctima: Rosa Roth goza de salidas temporarias bajo la responsabilidad de su marido, Omar Andes, salidas a las que se hizo acreedora por tener muy buena conducta.
Rápidamente se reunieron 700 firmas de vecinos de Santa María, quienes no quieren que Rosa vuelva a circular por las calles del pueblo. Lo entienden como un peligro para la tranquilidad del lugar.
Faltan dos años y medio para que se cumplan los 8 años de prisión que estableció la Justicia, en una determinación que quedó corta, que fue escasa, que no alcanzó a cerrar el dolor por el homicidio inexplicable de un ser querido.
Por lo menos desde hace unos meses quien fue sindicada como culpable goza de salidas transitorias de la cárcel.
Los vecinos, con sus firmas, llegaron a la Fiscalía y a la esfera judicial de Bahía Blanca y esperan una respuesta que, saben de antemano, será difícil de conseguir.
Todo este sentimiento lo relató una de las hijas de la víctima, Ester Treser, quien habló también de su dolor y de la indignación que no cesa a cinco años de ocurrido el hecho.