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El aumento en los libros, el amplio mercado de útiles escolares y las historias cosechadas en un comercio que tiene 75 años de vigencia. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Chicha Losno aprendió los primeros secretos del negocio de librería al lado de su padre, el recordado Don José Losno, en el comercio familiar en el que empezó a trabajar desde temprana edad. Hoy con casi 80 años no para de realizar aprendizajes nuevos, de adaptarse a las nuevas y cambiantes situaciones que presenta la actividad comercial, aún en tiempos de crisis, y a la oferta que el consumismo ha multiplicado por doquier. Mientras saca la cuenta en una de sus dependencias de trabajo, calculadora en mano, del incremento que han tenido los libros del año pasado a la fecha (entre un 30 y más, según los casos), relata que en horas de la tarde se va a abocar a llamar a las escuelas para ver que libros van a pedir este año los docentes. De todas maneras, no es porque puedan utilizarse los libros de un año a otro, porque la mayoría (especialmente los de lengua y matemática para los primeros años) vienen para que el alumno escriba y complete y la maestra corrija, sino para hacer la reserva ante las editoriales. De los tiempos modernos, de las nuevas propuestas de comercialización, lo que más le asombra es la diversidad de productos, se trata de cuadernos, lápices, cartucheras o mochilas. Con el mismo espíritu de siempre, nos relata “Y nos llama mucho la atención, que la gente hace el esfuerzo por comprar lo más caro, o lo que más se usa, o está de moda, de acuerdo a lo que se promociona a través de la televisión. Han venido abuelas que le regalan al nieto que empieza la escuela primaria la mochila más importante y que cuesta más de 300 pesos. Mientras, tenemos otras muy baratitas, de menos de 50 pesos, que ni se mueven”, Mientras “Chicha” Losno relata esto vemos claramente arriba de una de las estanterías, una caja repleta de portafolios de cuero negro y marrón, de esos que se usaban para ir a la escuela hace unos cuarenta o cincuenta años atrás: “le propuse a mi hijo que enviáramos para el norte estos portafolios, y me dijo que ni se me ocurra, porque no los iban a usar, es decir, que ni de regalo los quieren”. Anécdotas de un comercio con 75 años de historia en Coronel Suárez, en una esquina tradicional, con las remodelaciones de la actualidad, pero que encierran emotivos pasajes del Coronel Suárez del ayer, por donde tantas generaciones de prepararon para el Colegio, o los negocios minoristas retiraban la serpentina para los carnavales que llegaban en los vagones de los trenes, como varias veces nos contaron Don José y Sabina Losno. |
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