El que se vivió en el día de ayer es el 9 de julio más atípico que recuerden los hombres de la actualidad. Es que la epidemia de gripe dejó sin efecto hasta los actos más protocolares de celebración de la declaración de la independencia.
La mayoría de los vecinos que habitualmente embanderan sus casas, en esta ocasión olvidaron sacar a lucir la celeste y blanca. Los niños y jóvenes olvidaron recordar siquiera esta fecha, al estar las escuelas cerradas. Y si bien en las hojas de deberes que tienen en sus casas para resolver, hay actividades referidas al 9 de julio, la realidad es que el día pasó como uno más de la sucesión de jornadas sin clases.
Y como el consejo médico es evitar las aglomeraciones, ni siquiera estuvo la celebración protocolar y oficial de la Municipalidad.
Con el objetivo que la jornada no fuera así de insignificante, La Nueva Radio Suárez, recurrió a la Profesora Consuelo Lovecchio, para que con su didáctica particular nos diera una resumida clase de historia, para recordar como se llegó a la declaración de la Independencia el 9 de julio de 1816.
Al principio de la nota, y también al final, hizo una radiografía del país que tenemos hoy y de los hombres que lo habitan: “Me preocupa que dejamos de lado todo lo que es nacional y no le damos el valor que tienen las fechas patrias. Hace muchos años que cambiamos las fechas; los jóvenes y los adultos no saben si se celebra, se festeja. Hemos perdido el sentido de nacionalidad, como que nos falta fuerza, nos falta patria. Y después está nuestro accionar de todos los días, cuando copiamos, imitamos, miramos siempre lo de afuera. Tenemos que empezar a mirar de adentro hacia fuera y no al revés. Ahí se va a fortalecer el sentido patrio, las instituciones, el amor hacia lo nuestro”.
Siempre hay personas egoístas, con intereses personales, pero en esa época y las posteriores, siempre, gracias a Dios, sobresalieron los que no eran egoístas. Porque sino no hubiera habido un San Martín, un Belgrano, que no tenía idea de manejar un ejército y fue capaz de tomar las armas, y enardecer a sus soldados por amor a la Patria.
No solamente, en 1810, 1816, sino en 1880, cuando el país ya estaba organizado como Estado, esa gente luchaba por la Patria, con visionarios que sostenían y accionaban con la premisa de que hay que educar al soberano.
En cambio ahora, hace muchísimos años que la educación no se tiene en cuenta. Viene en decadencia desde hace mucho tiempo, no solo de ahora. Acabamos de pesar un acto electoral, y pensemos en que partido político ponía como prioridad la educación. Un pueblo educado, es un pueblo que puede crecer, que puede tener buenos dirigentes. El día que se logre terminar con la corrupción, que tengamos seguridad, y la educación este el interés de todos los dirigentes, recién ahí vamos a cumplir con estos hombres, y con los ideales que los hombres de mayo de 1810 y de 1816 defendieron”.