Esto provocó hondo dolor entre quienes integran el Movimiento Tanguero de Coronel Suárez, que mantienen viva la música y la memoria del máximo cantante y compositor de letras de tango que tuvo nuestro país.
Sobre todo por la actitud inexplicable de personas desaprensivas que insisten en dañar patrimonio de toda la comunidad, en acciones sin sentido y que, por supuesto no tienen disculpas.
Las pintadas, de carácter ingenioso, eran en realidad un reclamo político, y surgió el fin de semana previo a las elecciones.
El color rojo, los dibujos claros, y las leyendas sin lugar a confusión, invitaban a reflexionar.
Lástima que se hicieron sobre un monumento que rinde homenaje a Carlos Gardel.
Y es una pena, que ese mismo ingenio no hubiera quedado estampado en otra superficie, más inofensiva, sin que implicara el daño a una estructura que pertenece a toda la comunidad.
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