Desagradable sensación tuvo Daniel Pérez, titular del comercio ubicado en calle Baigorria 824, cuando en la mañana del martes advirtió cierto desorden en el interior del negocio como consecuencia del evidente ingreso de ladrones en horas de la madrugada.
El saldo del hecho no registra mayores consecuencias, salvo el robo de cigarrillos y otras mercaderías pequeñas, lo que evidencia el accionar delictivo de menores de edad que puede constatarse fácilmente por el pequeño ventiluz que permitió el acceso al interior del local comercial.
Además de la bronca lógica que origina la situación, da margen también para reflexionar sobre el futuro de la delincuencia juvenil, que con total impunidad y falta de contención caminan hacia un futuro lamentable y al margen de la ley.

 

 

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