Rufino Graff tiene 78 años y una fe inquebrantable, legada por su madre que “era una santa”, según el mismo dice.
Sin dudar es un buen hombre, que ha trabajado mucho en las instituciones de su pueblo alemán, que disfruta siempre del encuentro con la familia y con los amigos, y que ha comprobado que “con la música se van las penas y las preocupaciones”.
Es que a este hombre le gusta mucho cantar, y en cuanta ocasión se presenta despliega su repertorio que está formado por letras nostálgicas que hablan de las cosas ganadas y perdidas.
Trabajó durante muchos años en la Municipalidad, primero en parques y plazas, y luego en el Vivero Municipal.
Será por eso que subsiste en él una preferencia por estar al aire libre, entre las plantas, en la quinta o en el jardín de su casa.
Rufino Graff, un buen hombre, íntegro y buen vecino de Pueblo San José.