El acto, que estaba inicialmente preparado para que se llevara a cabo al mediodía, que comenzó pasada las 13:30 horas, con el ingreso de los funcionarios nacionales, provinciales y municipales a la carpa que había sido montada en la calle central de la planta fabril de Indular.
Esta espera, que se hizo tediosa y larga por la humedad y el calor de una jornada primaveral que sorprendió a todos en pleno otoño, se vio compensada después por los saludos interminables de la Presidenta de la Nación, a quien se la vio distendida, sonriente, y dispuesta a saludar y a sacarse fotos con todos quienes quisieran.
El entusiasmo de la gente fue desbordante por momentos, y no se escatimaron aplausos que interrumpieron varias veces el mensaje de Cristina Fernández.
Al final, el discurso terminó con los funcionarios e invitados especiales que aplaudieron de pie las últimas palabras de la Presidenta de la Nación.