Para la institución educativa representa un desafío organizar este tipo de viajes de estudios.
Implica, por una parte, completar toda la documentación en tiempo y forma, y tomar todos los recaudos que hay que tener en el marco de la responsabilidad civil que entra a jugar cuando se sale fuera de los límites del establecimiento educativo.
Después, hay que sumar el aporte y la confianza de los padres, que depositan en los profesores el cuidado de sus hijos por dos noches y un día completo, entre el viaje de ida y de regreso y la permanencia en Capital Federal.
De manera que esto no se podría llevar adelante si no se conjugaran estas cosas, con una predisposición de los profesores que saben que una vivencia de este tipo multiplica después las ganancias educativas en el aula.
Los alumnos, aún los más remisos a relacionarse con los libros, volvieron fascinados con la experiencia lograda, y se prometen volver el año próximo para recorrer por mayor tiempo la feria.
Sobre el particular, hablamos con Griselda Casteluccio, en su carácter de autoridad de la Escuela Técnica, y profesora, la bibliotecaria Ana Cornejo y la profesora Gladys Maier; y con los alumnos Santiago Leguía, Joaquín Pfoh, Eros Ruffa Cordone y Santiago Pach.