La mañana del Domingo de Ramos arrojó una masiva concurrencia en el Anfiteatro Municipal, donde como es tradicional, se produce la Bendición de los Olivos, con un trabajo de organización a cargo del Colegio Estrada, cuyos directivos guiaron la ceremonia.
Después de las lecturas iniciales, el Cura Párroco procedió a la bendición para caminar hasta el Templo donde se ofició la misa que anuncia la Semana Santa, en un tiempo dedicado a restaurar la primera creación, afirmando que el Triduo Pascual representa el día de la nueva creación del hombre hecho no solo a imagen de Dios, sino hijo de Dios e imagen de Cristo Jesús.
El Diácono Leandro Volpe escribió en el Boletín Parroquial que “la Semana Santa en estos días representa con el Triduo Pascual, no solo la contemplación de la victoria de Jesús, sino de hacer que la victoria de Jesús sea mi victoria, mi nueva creación”.
La Parroquia Nuestra Señora del Carmen presentaba como es característico, para el domingo de Ramos un marco imponente de fieles, cada uno con su ramo de olivo como genuina expresión de la apertura de esta semana conmovedora.
Fue emocionante ver sentadas en las escalinatas del Anfiteatro Municipal a Irma Roy, su hija Carolina Papaleo, dos mujeres golpeadas por las circunstancias de la vida, enteras y creyentes.
Irma fue severamente castigada por la representación de la dictadura y junto a ellas Cristina del Valle, viuda dos veces, una de ellas, la dolorosa muerte de Claudio Lebrino en el verano del 66 en Mar del Plata.
Se las vio también impactadas por la ceremonia de la bendición de los olivos y no solo se llevaron de la ciudad un magnífico aplauso final en la obra del sábado en el Cervantes, sino que también se llevaron los olivos bendecidos con profunda fe.