Aunque parezca increíble, Héctor Sauer repite que “fue muy lindo” poder estar en el buque General Belgrano de la Armada Argentina.
Hacían experiencia de navegación en un barco emblemático de nuestro país. Y lo que más engorroso resultaba eran las prácticas de siniestro, que podían cortar un descanso, o una comida.
El 2 de mayo, por la tarde, mientras como cada domingo Héctor Sauer con un compañero hincha del Club Boca Juniors, se dirigían por una escalera a la cubierta principal, radio en mano, queriendo captar las transmisiones de fútbol desde el continente, es cuando sobrevino la catástrofe, y cobraron sentido todas las prácticas que se habían realizado anteriormente.
El primer bombazo, pareció que era un disparo de los cañones del propio barco. Pero el segundo, con olor a humo y fuego, no dejó lugar a dudas de que habían sido atacados por los ingleses, por más que estaban en el Mar Argentino, lejos de la zona de combate.
Al saltar a la balsa, Héctor Sauer cayó al agua y se mojó medio cuerpo antes de ser rescatado. Así estuvo durante los dos días que esperaron hasta ser rescatados por un barco argentino.
Al regreso contó y contó a sus amigos de Pueblo Santa María, la experiencia vivida. Para sus hijos espera un país con menos conflictos, más sólido y un futuro mejor.