“En estos días, es común que nos pongamos taciturnos y melancólicos. Nuestras familias nos entienden y respetan esto que nos pasa”, dice este profesional que había pedido prórroga en la colimba, y que después de recibido, cuando fue a cumplir con su deber con la patria, le tocó ser protagonista del conflicto armado que vivió nuestro país.
El Dr. Rubén Brodsky estuvo la mayoría de los días de esa guerra, en el interior de una trinchera, en pequeños pozos en realidad, donde el frío de las Islas se sentía más fuerte. Y salía para auxiliar heridos o buscar los soldados caídos. Su puesto de lucha fue muy cerca de la pista de aterrizaje, una zona que los ingleses bombardearon desde el primero al último día, procurando cortar la comunicación de las tropas con el continente por vía aérea.
Su familia conoce su historia, su hijo mayor –estudioso de los acontecimientos de Malvinas- lo admira profundamente. Él solamente se entusiasma con el presente y con el futuro, ya que preside la Asociación de Veteranos, que este año, dará forma a un parque recreativo temático, que estará compuesto entre otras cosas por 649 árboles, uno por cada soldado caído en Malvinas.