Con siete votos por encima de los necesarios, el oficialismo logró aprobar hoy en Diputados y girar al Senado el proyecto de ley de adelanto de las elecciones legislativas, con lo que se apegó al plan oficial de tratarlo en tiempo récord, para tenerlo listo antes de fin de mes.
Tras casi diez horas de crudo debate parlamentario, el Frente para la Victoria obtuvo 136 votos afirmativos -contra 109 negativos y 8 abstenciones-, por lo que logró superar en siete los 129 respaldos que se necesitaban para la mayoría especial.
De esta forma, la iniciativa de la presidenta Cristina Kirchner salió airosa -aunque sin gran margen- de la primera prueba antes de convertirse en ley, algo que podría suceder la semana que viene, si se mantienen los tiempos estipulados por el kirchnerismo en la Cámara alta.
El primer examen que superó el FpV fue alcanzar el quórum para iniciar la sesión, ya que tras más de una hora de retraso, pasadas las 11:30, logró que se sentaran 129 legisladores en sus bancas.
El propio jefe del bloque, Agustín Rossi, fue el responsable de dar el número para empezar, aunque en ese mismo momento se sumaron otros referentes del oficialismo, hasta que minutos más tarde de comenzar la sesión se sumaron los opositores, quienes tenían planeado no contribuir con el quórum.
"No entiendo el doble estándar de calificación. Es absolutamente cierto que lo que es bueno para nosotros porque no es bueno para los otros", subrayó Rossi en referencia al gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, y al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri.
A la vez, destacó que "es mentira que un sólo bloque apoya esta ley", y sostuvo que el Gobierno nacional aspira a "tener un voto de conformidad de la sociedad argentina" en los próximos "comicios intermedios".
"Este proyecto nos parece conveniente para que el calendario electoral termine antes del segundo semestre. Estamos convencidos de esto. Siempre las elecciones intermedias tienen una mirada de apoyo sobre los que gestionan, por eso nos vamos a someter a las elecciones intermedias", sostuvo Rossi al cerrar el debate.
En contrapartida, el diputado del PJ disidente Felipe Solá cuestionó la norma y remarcó que "la actitud del Poder Ejecutivo es algo que implica la palabra trampa".
Solá se quejó porque la oposición "no tendrá tiempo para formar consensos y para armar sus listas a través de internas", y porque "no tampoco se podrá discutir la boleta única".
El porteño del PRO Julián Obiglio criticó, por su parte, que el cambio en el calendario electoral "va a dejar a los habitantes de la Ciudad sin la posibilidad de discutir sus propios temas, porque se van a tratar temas más difusos".
Por la Coalición Cívica, Marcela Rodríguez cuestionó que "nuevamente se violen las normas democráticas".
En tanto, su compañera de bancada, Patricia Bullrich, quien protagonizó un fuerte cruce con el cordobés Jorge Montoya –la catalogó de "atorranta"-, subrayó que "para la CC este proyecto es irracional, arbitrario y hace de las instituciones una herramienta del matrimonio presidencial".
"Está muy claro que la crisis existe, pero que le sirvió al Gobierno como excusa para adelantar las elecciones. Todas las estimaciones indican que va a haber menor recaudación, y mayor descrédito del Gobierno en los próximos meses", enfatizó le jefe del bloque, Adrián Pérez.
El titular del bloque de la UCR, Oscar Aguad, agregó: "A los argentinos no nos gusta que nos atropellen. El adelantamiento de la elección agravará la crisis, pero pensamos que es un atajo por problemas electorales".
El proyecto que la Presidenta ingresó en el Congreso el pasado lunes plantea la modificación del Código Nacional Electoral, a fin de poder celebrar las elecciones parlamentarias "por única vez y de forma excepcional" el próximo 28 de junio.