Ese, que todos y cada uno de nosotros criamos y alimentamos por generaciones hasta convertirlo en el monstruo que es hoy.
El que amenaza con dejarnos sin futuro, convirtiendo a los derechos básicos de cualquier ciudadano como educación, justicia, trabajo y seguridad en privilegios de unos pocos.
También confiamos en que esta nueva manifestación de la visión maniquea de la realidad que tiene el gobierno, donde la búsqueda del consenso y el respeto por las minorías no existen, se sume a las muchas anteriores y finalmente genere una contracorriente de ideas y acciones que pugnen por lograr un País más grande. Mas inclusivo, mas justo, más solidario, más integrado, más progresista, moderno y rico.
Un País en el que aquellos que hoy están sumidos en la indignidad de la miseria, sin pan, sin techo, sin salud, sin educación ni sustento tengan reales posibilidades de estar mejor.
Sobre todo que recuperen la utopía en la cual crean firmemente que sus descendientes estarán mejor aun que ellos. Ese fue el sueño de nuestros antepasados inmigrantes y el gran motor de la Argentina que una vez fuimos.
Este cambio de paradigma existe y es posible que emerja, pero necesita del compromiso cívico y del aporte de todos los habitantes para que decidan ser ciudadanos de verdad.
Pero esta crisis mas aun lo exige de aquellos que teniendo sus necesidades básicas satisfechas siguen ausentes de lo publico, refugiándose en la comodidad de lo privado.
Espectadores de lo que nos pasa a los argentinos como si le estuviera pasando a otra sociedad. Agudos críticos de la realidad que no escatiman diagnósticos, pero que no se atreven a aplicar el tratamiento porque este los incluye a ellos también.
Es necesario recuperar el ejercicio pleno de nuestras obligaciones civiles para no perder definitivamente nuestros derechos.
Ya no se trata de votar al que “hace” o al que “da”.Estas únicas virtudes no garantizan per se el bienestar y un futuro digno para la población. Si las instituciones de control social (legislativas y judiciales) no funcionan, la sociedad se degrada.
La prueba de esto es el progresivo deterioro de la calidad de vida en las localidades del interior que empiezan a “ conurbanizarse “ en sus hábitos civiles y cotidianos debido a la irrupción generalizada de la corrupción, el clientelismo, la droga ,la inseguridad ,el deterioro de la educación y de la salud publica.
Paradójicamente, esto ocurre en las localidades mas “desarrolladas” donde la obra publica que “gestionan” los Intendentes y “dan” los gobiernos centrales, se ejecutan mas intensamente.
No sigamos poniendo en riesgo a nuestra comunidad y al País tercerizando nuestras obligaciones civiles. Hay lugar para todos en las Sociedades de Fomento, Juntas Vecinales y otras entidades intermedias.
Pero sobre todo hace falta participar en en los Partidos Políticos .
Si tuvimos la desgracia de haber vivido el “no te metas “, hoy tenemos la inmensa oportunidad de ser dueños de nuestro futuro con el “¡metete!”
Si realmente queres a tu pueblo, a tu ciudad y a tu País y queres seguir estando orgulloso de ello ¡¡¡METETE YA!!!!!

Jose Ignacio Ansaldo - DNI 17219215