Esta mujer, de ancestros alemanes, nació, creció y eligió para vivir Pueblo Santa María. Forma parte de una familia de seis hermanos, cinco mujeres y un varón, el menor de los hermanos.
Como su padre trabajaba en Vialidad, en los años en que estaba el sistema de camineros, de lunes a viernes estaban todas las mujeres en compañía de la madre y de la abuela.
En ese hogar, las exigencias para los hijos, no pasaban tanto por los quehaceres domésticos, como por el estudio y los deberes que surgían de las enseñanzas de las hermanas del Colegio Parroquial.
“En esos años, a ninguno se nos ocurría cuestionar por qué nos mandaban a misa, íbamos naturalmente a la tardecita en compañía de mamá y de nuestra abuela. Y los años en que íbamos a tomar la comunión, había que ir a recibir la bendición del Sacerdote a las 6:00 de la mañana y luego también a la tarde”.
“Ahora las cosas han cambiado un poco” –dice esta mujer que integra desde hace años los grupos a cargo de la Catequesis- “muchas madres trabajan fuera de sus casas, son jefas de hogar, y no tienen tiempo de ocuparse de la formación religiosa de sus hijos, por eso hemos vuelto a hacernos cargos de la formación religiosa para que los chicos puedan tomar la comunión”.
“No concibo otro lugar para vivir que no sea Santa María. Aquí tengo toda mi vida, los recuerdos, los afectos; lo que viví antes, y el presente, con el que estoy muy feliz”.
Forma parte de una de las tantas familias tradicionales de Pueblo Santa María, su padre fue fundador de Club El Progreso y hoy su hermano el Ingeniero Claudio Holzman, ocupa la presidencia de la entidad, que vive en el corazón de Pueblo Santa María, para orgullo de toda la familia.
El año pasado en el 70° Aniversario del “Club” fue descubierta una placa en homenaje al primer Presidente de la entidad, su padre.

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