A los 17 años viajó por primera vez al exterior, para vivir una experiencia de intercambio rotario en Texas, Estados Unidos, a lo largo de un año. Después, en la Universidad de Buenos Aires estudió economía, y resolvió irse a Holanda para llevar a cabo un master de su carrera.
Ahora le falta muy poco tiempo para terminarlo, y está trabajando en un organismo internacional de finanzas ING, a través del cual le aseguran en breve 2 meses en París llevando a cabo un proyecto.
De visita en la ciudad, para estar con su familia, entre ellos su abuelo Natalio Scialabba, Maxi Pin habló con La Nueva Radio Suárez sobre todo lo que ha aprendido en estos años.
“He aprendido por sobre todas las cosas que las culturas diferentes, o la manera distinta que tienen en otros países de vivir no es malo, sino simplemente eso, distinto, en realidad lo malo es asustarse por las diferencias que cada uno tenemos”.
“Hay muchas cosas que me llaman la atención, por ejemplo en Amsterdam, donde viven 800.000 habitantes, se manejan como si fuera una ciudad de 100.000 habitantes. Circulan pocos autos, hay pocos semáforos, la gente prefiere culturalmente la bicicleta como medio de transporte. Con mis amigos vamos en bicicleta al trabajo y también al boliche, y esto es algo normal y natural”.
“En otros países por ejemplo, al momento de alquilar una propiedad, la seña no la paga el inquilino, sino el dueño de la vivienda. Son parte de las diferencias de cultura entre países”.
“Sigo muy de cerca todo lo que sucede en Argentina, y en otros países llama la atención los cambios permanentes que aquí se producen. Me parece que habría que pensar en la permanencia de las instituciones y de las políticas, tendrían que ser más constantes a lo largo del tiempo, para que la gente pueda saber a que atenerse, y no que los cambios se produzcan sin aviso de un día para otro”.