“Hay que tener mucho cuidado sobre todo con las dos franjas extremas de edad, con los más chiquitos y con los ancianos. El golpe de calor es una deshidratación profunda, que no presenta manifestación, hasta que de repente la persona se siente desganada, descompuesta, y hasta incluso con un poco de fiebre. Para evitarlo, hay que ingerir entre 2 y 3 litros de agua. Hay que tomar en cuenta que en esta época con las frutas y la verduras que se consumen, estamos incorporando al organismo no más de 800 cc de líquidos, con lo cual hay que tener el cuidado de ingerir el resto en pequeñas tomas a lo largo del día”.
El Dr. Muschong agregó que “deben ser líquidos no muy helados, porque esto calma la sed, y por lo tanto la persona puede estar deshidratándose y no darse cuenta porque no tiene sed. También hay que atender mucho a los bebés, y sobre todo a los que son deambuladores porque pueden no pedir agua y estar sufriendo una deshidratación”.