Por ello consultamos a la médica pediatra Doctora Marta Travería, quien habló sobre las características de esta enfermedad, su forma de contagio, y lo primordial: como prevenirla.
Dijo que el Síndrome, fue descripto por primera vez por dos reconocidos profesionales médicos hacia la década del 50.
“Se trata de un conjunto de síntomas gástricos y renales, que se suman a otros, para dar indicio que se está ante la presencia de la enfermedad.
La característica principal es diarrea con deposiciones sanguinolenta, también con alguna mucosidad, puede haber vómitos, fiebre, en algunos convulsiones, y cambio de coloración en la piel del niño que está afectado producto de los problemas renales que comienza a manifestar.
Está producida la enfermedad por un tipo específico de bacteria de la Esqueriquia Coli, que se destruye con la cocción de los alimentos. Por eso es muy importante en el caso de las carnes, que sean cocinadas completamente, para evitar que haya algún lugar –sobre todo en las hamburguesas y albóndigas- donde el calor no destruyó la bacteria.
Hay que estar muy atento a esto, sobre todo si el alimento lo van a consumir los niños, que son las personas más propensas a tener Síndrome Urémico Hemolítico, sobre todo desde los 6 o 9 meses hasta los 3 y 4 años. Entre otras cosas se debe recomendar especialmente el lavado de manos, al momento de preparar los alimentos, como así también lavar los utensilios a utilizar, y usar una tabla y un cuchillo diferente para los alimentos que se van a cocinar y los que se van a consumir crudos. En el caso de los lácteos, si se usan leches de campo, sin pasteurizar, hay que tener cuidado de hervirla como corresponde, e inmediatamente llevarla a la heladera. Y sobre todo, en esta época de calor no dejar los alimentos que se enfríen en los recipientes y después recién llevarlos a la heladera, porque esta práctica también es fuente de contaminación”.
La Doctora Marta Travería, recomendó en el final de la nota, consultar con un profesional ante la aparición de síntomas como diarrea y vómitos, porque cuanto más temprano se detecta la enfermedad, mejor son los pronósticos para curarla.