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Las tristezas y nostalgias de fin de año no son lo mismo que la depresión.
Lo que hay que tener en cuenta para no confundir una patología con uno de los tantos estados de ánimo del ser humano.
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Quien brindó información para diferenciar una cosa de la otra es Médico Psiquiatra y trabaja en el Hospital Municipal de Coronel Suárez, en el Servicio de Salud Mental.
El Dr. Carricart expresó que “los seres humanos solemos hacer, de acuerdo a cuestiones culturales o de creencias y sobre todo a fin de año, balances. Cuando no son los adecuados o los correctos, por las expectativas que uno tiene, pueden provocar cambios de ánimos. Profundizan algunos estados de ánimo pero no provocan necesariamente una patología. En una persona que se deprime para estas fechas habrá que diferenciar si está pasando por una etapa de duelo, porque evalúa la gente querida que le falta, lo que no logró al transcurrir el año, o lo que está sucediendo está basado en una patología que merece un diagnóstico y un tratamiento. Puede ser una recaída, pero siempre existiendo una patología de base. Es muy importante diferenciarlo del sufrimiento humano que es normal y forma parte de sus características” señaló el profesional.
“Lo que hay que considerar son los antecedentes de esa persona o de la familia, si los síntomas se profundizan o se prolongan. Si hay incapacidad para sentir placer, para sentirse alegre, si hay ideaciones de lo que denominamos ruina o ideas suicidas, por supuesto que estas cosas son para tener en cuenta y estos síntomas deben ser diagnosticados y tratados, porque afectan la calidad de vida de la persona y muchas veces también de su entorno más cercano. Lo otro, tristezas, nostalgias, son cambios anímicos que siempre aparecen, sobre todo en estas fechas” consideró el Dr. Carricart.
“No debe entenderse que estas fechas son desencadenantes de patologías, las mismas están, lo que puede ser es que resurjan o se hagan más floridas. Por lo demás somos seres humanos, no somos estables en el sentido de estar igual todos los días, a veces nos sentimos mejor y a veces peor. Lo patológico es justamente lo contrario: cuando ese síntoma se estabiliza en una depresión constante”.