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Hasta ayer no se habían verificado anormalidades sobre procedencia, procesos de fermentación, adulteración, manipulación u otras contravenciones al protocolo establecido.
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Desde el lunes de esta semana se encuentra en Coronel Suárez una comisión del Instituto Nacional de Vitivinicultura, con sede en la ciudad de Mendoza, con un laboratorio móvil para llevar a cabo análisis de diferentes partidas de vino que están en las góndolas de supermercados, vinerías y otros comercios similares.
Consultado el Jefe de la comisión, el Enólogo Orlando Araguna, explicó que constituidos en diferentes comercios toman al azar muestras de diversas marcas y bodegas sin distinción de ningún tipo para confirmar que el producto que se haya en el interior de cada envase sea genuino y apto para el consumo, esto es que responda a lo que dice la etiqueta.
“Cuando se solicita un permiso de circulación se firma un protocolo, manifestando que el vino tenga determinadas características. Entre otras cosas muchas veces la gente tiene la idea que el metanol que se indica que tiene el vino es un producto que se le incorpora, desconociendo que en realidad es un metanol natural que surge del proceso de fermentación de la uva. Nuestro organismo ha fijado el nivel permitido de metanol en -0,35 mg. por litro para salvaguardar la salud pública”.
Recuérdese que en el año 1992 se produjeron 32 muertes a causa del metanol agregado para “estirar” dos marcas de vino de mesa de origen sanjuanino, lo que resultó nocivo en su consumo con el lamentable resultado apuntado.
El profesional del Instituto de Vitivinicultura dijo que de los controles que se han efectuado hasta ahora no ha surgido ningún tipo de anormalidad en los vinos que están a la venta en las góndolas de los comercios no solo de Coronel Suárez sino de otros lugares de la zona, por los que anduvieron de recorrida llevando a cabo las mismas inspecciones.
De detectarse algún inconveniente, como elementos no declarados en la etiqueta o alguna clase de adulteración, lo que corresponde es un análisis mayor en el laboratorio central y la consecuente multa hacia la bodega o fraccionadora que haya sido quien manipuló el producto antes de su envasado final.