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“Cuando a los jóvenes se les da oportunidad de participar lo hacen con compromiso y con verdadera concepción democrática”.
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La participación de alumnos de diferentes escuelas en el programa Jóvenes y Memoria es el resultado del compromiso y el empuje de los docentes que abren el camino para que los estudiantes incursionen en el conocimiento del pasado reciente y en el análisis crítico del presente.
Es el caso de Ana María Schweitzer y de Mariana Chapay, una que viene trabajando en esta propuesta desde el año 2006 y la otra que lo hace desde el año 2009, quienes no le temen a la búsqueda, a la indagación y a la crítica a la que pueden arribar los alumnos.
Consultadas, expresaron que “una de las propuestas que llevamos desde el colegio en estos años de continua participación en la Comisión Jóvenes y Memoria fue “De las vacas a las zapas” y nos siguen diciendo hoy en día que ese trabajo hizo ver que no se trata solamente del análisis de lo que pasó en la Dictadura Militar, sino en cómo el ámbito económico y social se vio afectado –no solo por las desapariciones y las torturas- y que en nuestro país se terminó de conformar en la década de los ´90 y como se terminó afectando la vida cotidiana de los pueblos”.
“Este programa, Jóvenes y Memoria, que tuvo el primer año la participación de 35 escuelas y que llega a este año con la presencia de casi 500 establecimientos, ha cobrado una dimensión que supera lo que proyectó la comisión en sus orígenes. Hay que tomar en cuenta como las historias de los pueblos se van revisando, mirando que pasó en localidades, algunas muy pequeñas, otras más grandes. Es aprender a mirarse para ver cómo vivió y cómo vive la historia reciente y analizar qué pasa en plena Democracia. Esa construcción es espectacular. Lo que logran los chicos, con entrevistas a los alumnos, no lo logra ningún Juez. Hemos visto encuentros fenomenales logrados por los chicos. En los pueblos pequeños la gente se confiesa en torno a lo que le pasó a su familia en ese período de la Dictadura y los jóvenes hacen una construcción de la historia, con una apertura democrática que es particular, que está despojada de prejuicios que solemos tener los adultos y que termina siendo una lección de vida para todos. Cuando se abre la posibilidad de participación real a los jóvenes los resultados son altamente positivos”.