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“Hay personas que tuvieron el derecho a vivir y que hoy quieren arrogarse el derecho a decidir sobre la vida de los niños por nacer”.
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Es la Directora del Hogar La Providencia, institución que actualmente tiene alrededor de 10 mujeres de diferentes edades que concurren a ese lugar que funciona como un hogar de día para todas aquellas niñas y adolescentes que por diferentes motivos necesitan contar con alguien que las cuide mientras sus padres trabajan.
Es conocida su posición en defensa de la vida, no solamente desde su concepción religiosa sino como ser humano.
La religiosa, con toda convicción, manifiesta que “es doloroso ver como este derecho a la vida, del que muchos gozamos, se pretende prohibírselo a otros, arrogándose la facultad de decidir sobre otros que no tienen voz. Hay mensajes parcializados: no se habla de lo que implica el aborto, de los daños que ocasiona en la conciencia el matar la vida del hijo no nacido. Los Obispos argentinos han sacado un mensaje donde dicen que no se trata de una vida, sino de dos, de la madre y del hijo. Lo que se trata es de contener a esa madre en lugar de ocasionarle un dolor aún mayor y cargarla con una culpa inmensa, al abrir la posibilidad de matar a su propio hijo”.
En forma contundente habló de las razones de por qué no al aborto: “Hay que partir del hecho de que es un derecho natural, no es un derecho adquirido por una religión, situación económica o por un estado de salud. Hay quienes dicen hoy sí al aborto porque nacieron. Los niños no nacidos también quieren la posibilidad de vivir. Es fácil marcar posturas o decidir si yo estoy vivo y no concederle al otro esta posibilidad. Hay numerosísimos testimonios de vida, y también aportes científicos, que dan cuenta que la vida comienza con la concepción”.
La Hermana Liliana, por ultimo, señaló que “las madres que han pasado por esta situación dan características de las consecuencias de lo que implica el síndrome post aborto; hay testimonios de mujeres que dicen hoy que el hijo les pesaba menos en el vientre que lo que ahora les pesa en la conciencia, al no haberle permitido nacer. Es importante no perder de vista que el derecho a la vida es el primero de los derechos”.