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En la Plaza San Martín se controló el nivel de glucemia y se instruyó sobre la prevención de la enfermedad.
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Entre las 8 de la mañana y las 18 horas los enfermeros que están a cargo de los Centros de Atención Primaria de la Salud estuvieron en la Plaza San Martín, en diferentes turnos, tomando el nivel de glucemia.
El procedimiento era sencillo: un pequeño pinchazo en uno de los dedos para permitir que el aparato que registra el nivel de azúcar en sangre pudiera hacer la medición, que en menos de un minuto estaba lista, y en los casos de niveles altos de glucemia las personas se iban con la recomendación de la consulta médica.
La actividad sirvió para promocionar el control periódico, para despertar la atención de la población sobre una enfermedad que es silenciosa, que no da síntomas claros en los primeros estadíos, que tiene como alguna de sus características el provocar una sed constante y cansancio, indicios que pasan prácticamente desapercibidos para las personas, y que cuando da cuenta de que está presente casi siempre hay algún órgano dañado, como los riñones, por ejemplo.
Responsable de la multiplicación de la diabetes es la vida agitada de las nuevas generaciones y el alto nivel de sedentarismo, es decir, falta de ejercicio y el estrés, por lo que los enfermeros no dejaban de recomendar a todas las personas que los consultaron sobre lo bien que hace una acción que es barata y que está al alcance de la mayoría de las personas: la caminata. No solo para mover los músculos sino para despejar la mente de los problemas cotidianos.