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Compañeras de trabajo y amigas, integrantes por muchos años de la Asoc. Artística Bambalinas.
Por el Escritor. Jorge A. Dukuen.
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Por amor al arte…
• En memoria de Raquel “Yuya” Estrada y Elda Nora Aguirre, “Chela”.
Amigas y compañeras de trabajo en la Municipalidad de Coronel Suárez, ambas participaron junto a decenas de convecinos de aquella hermosa, gigantesca y especial época de teatro desde la Asociación Artística “Bambalinas”, origen del teatro suarense, junto a Don Agustín Andrés y grandes colaboradores. “Chela” Aguirre nos dejó físicamente el 24 de mayo pasado y este último sábado falleció “Yuya” Estrada. Nuestro homenaje a quienes dejaron su aporte a la historia cultural del pueblo de Coronel Suárez.
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“No, permanecer y transcurrir, no es perdurar, no es existir ni honrar la vida..., hay tantas maneras de no ser, tanta conciencia sin saber... adormecida.., merecer la vida no es callar y consentir tantas injusticias repetidas..., es una virtud, es dignidad y es la actitud de identidad más definida, eso de durar y transcurrir no nos da derecho a presumir, porque no es lo mismo que vivir honrar la vida...”.
Esta hermosa letra de Eladia Blázquez nos explica, motiva y entusiasma a seguir luchando en el difícil camino de la vida humana, con espinas y rosas, con sabores y sin sabores. Creemos profundamente que el mensaje de “honrar la vida” es aplicable a hombres como Don Agustín Andrés, convecino y comerciante arraigado, muy querido y recordado por la gente, por una innata cualidad que brindó a su pueblo, a través de “Las tres A y de la Asociación Artística Bambalinas. Agustín Andrés, Florencio Arcuri y José Aguado fueron, desde 1926, los pilares de la actividad teatral en Coronel Suárez. Andrés fue el “alma mater” de un grupo de convecinos, mayores y adolescentes, que en una época muy distinta a la de hoy desafiaron con cierta rebeldía el presente y futuro, entregando su talento en bruto –pulido luego a través de las actuaciones y de la mano de Don Agustín- para afirmarse en las tablas del escenario con trabajo, transpiración, muchas horas de dedicación personal.
El 18 de octubre de 1937 nació “Bambalinas”, una institución dedicada al Teatro en Coronel Suárez. Nació para quedarse, nació para demostrar las virtudes de mujeres y hombres que sorprendieron hasta su propia familia, pues brindaban actuaciones envidiables en condiciones más que ingeniosas para aquellos tiempos.
Hubo pasión, generosidad, respeto, talento, humor y un hombre al mando del timón al cual todos respetaron, admiraron y quisieron: Don Agustín Andrés.
La jerarquía de “Bambalinas” se paseó por todos los distritos de la región, donde recibieron el aplauso y el cariño reconocido del público. “Bambalinas” y sus actores aficionados estuvieron a la altura del mejor teatro durante casi cuatro décadas. Lucieron “sus personajes” a sala llena y dejaron el camino abierto a nuevas generaciones de artistas suarenses que nos representan tan bien.
Raquel “Yuya” Estrada, talento de actriz...
Los recuerdos se agolpan y fluyen de su mente acompañados con humor y buenos sentimientos. Es que Raquel “Yuya” Estrada fue una talentosa actriz en una época en que “Bambalinas” estaba en pleno apogeo. Sus padres fueron el multifacético Don Guillermo Estrada (propietario de la propaladora “Los Cuatro Vientos”, locutor y dueño de los equipos de la orquesta “Juvencia” e inventor de una radio a querosene, entre otros) por muchos años gran actor de Bambalinas y Nieves Bernadou. Sus hermanos Abel “Yuyo” (fallecido), Ethel, Edith, Juan Héctor y Susana Estrada. Raquel Estrada se crió en el hogar familiar ubicado sobre calle Belgrano 1740, a media cuadra de la Escuela Nº 9.
Inicios en el arte...
Entrevistada especialmente para recordar a la fecunda institución artística, “Yuya” Estrada nos comenta que “A los 18 años comencé con las actuaciones en Bambalinas (1947). Interpreté la obra “Al marido hay que seguirlo”, en un rol escrito especialmente para Paulina Zingerman. Nos dice que “El guión giraba en torno a una mujer que se casa con un médico que se traslada al sur del país, la mujer (mi papel) debía seguirlo. Viajaba de tapado de piel y siempre con un conejo en una jaula que luego de cada actuación se nos moría el pobre...”, recuerda sonriendo “Yuya” Estrada.
Con el elenco de Bambalinas recorrieron una amplia zona; Coronel Pringles, Gral. La Madrid, Pigüé, Puán, Huanguelén, entre otras ciudades.
También recuerda que para cumplir con una actuación en Puán, “el colectivo de los hermanos Carancini se encajó en el barro (Los caminos eran de tierra) y Enrique Carancini salió a campo traviesa a pedir ayuda. Luego de unas horas nos socorrieron y aunque llegamos tarde, pudimos cumplir con la actuación en Puán”.
Una situación especial...
El 21 de octubre de 1953, detrás de un programa de actuación de Bambalinas, Don Agustín Andrés, con su rúbrica de puño y letra, le dedicó a “Yuya” Estrada el siguiente poema: “Sos vos rubia, sos esbelta; simpática, sos divina; son tus triunfos en el teatro; orgullo de Bambalinas”.
En la obra “El último gaucho”, “Yuya” cumplía el rol de Graciana. El elenco era compuesto por Raquel Estrada, Josefa Rivera, Gladys Aispuru, Agustín Andrés, Guillermo Estrada, Nelsón Zalba, José Leone, José María Placente, Edgardo Gangone, Luis Ramón López, Enrique Wunder y Juan Vega.
En esta obra conocí a quien sería mi marido, “Pocho” Zalba. Yo le decía a “Chela” Aguirre (apuntadora) “se pone duro, no habla bien, no mueve los brazos... Le criticaba todo a “Pocho”. Viene Don Agustín Andrés y me pregunta ¿Por qué no trabaja como en las otras obras?... Entonces le digo a la mujer de Andrés ¡Luisa! vení vos que me conocés a mi y hacé el papel.... Ahí comprueba el director (Andrés) que Zalba era frío y no tenía onda..., le dije que se afloje. Y con el tiempo empecé a salir con él...”, comenta riendo “Yuya” Estrada.
La recaudación de esta actuación especial de Bambalinas se entregó en Donación a la Casa Social del Aero Club de Coronel Suárez para la compra de un avión cuatriplaza convertible en sanitario. Otra de la obras que realizaba “Bambalinas”, donar el dinero recaudado en sus presentaciones para ayudar a instituciones suarenses, como el primer Jardín de Infantes de Coronel Suárez.
Ofrecimiento para actuar en Rosario...
En relación a su manera de prepararse para desarrollar un papel protagónico, señala Raquel Estrada: “Yo leía bien el libreto durante más o menos un mes y después no me indicaban nada, me desenvolvía normalmente”.
En otra obra titulada “Ni al amor, ni al mar”, Raquel “Yuya” Estrada interpretaba el papel protagónico; Juan P. Villalba era su marido y los actores Akerman, Rondina y Aispuru interpretaban los demás roles. “Yuya” interpretó una escena dramática con tal apasionamiento que al desplomarse sobre el escenario se golpeó, pero aguantó el dolor, siendo aplaudida de pie por el público ante ese especial final.
“Un empresario del teatro rosarino, pariente de Orlando Riesgo, al ver mi actuación me ofreció contratarme con un sueldo pero mi padre reaccionó enseguida diciendo “Qué dijo usted!, mi hija no es artista ni lo va a ser nunca!”, recuerda riendo “Yuya” Estrada esta anécdota muy singular de su vida de actriz aficionada.
Otra actuación fue el día 5 de agosto de 1953, en conmemoración del 129º Aniversario de la Batalla de Junín y ante los festejos de Coronel Suárez, “Bambalinas” presentó en el Cine Teatro Cervantes la obra titulada “La maldad desinteresada”. El elenco estuvo integrado por Guillermo Estrada, Nelly Aispuru, Enrique Wunder, Gladys Aispuru, Raquel Estrada, Josefa Rivera, Domingo Pezzana, Julio Rondina, Héctor Acquier y Agustín Andrés.
“Yuya” Estrada tiene los mejores recuerdos de sus compañeros de largas jornadas de tablas y de Don Agustín, quien era un buen consejero y muy buena persona. Don Agustín Andrés “Era una persona que anotaba todo. Adónde iba, adónde tenía que ir, qué hacía y después si había cumplido con todo lo que había dicho. Era muy bueno con todos nosotros”, señala.
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Elda Nora Aguirre, “Chela”...
Por más de 10 años, nuestra convecina Elda Nora Aguirre más conocida por “Chela”, fue la apuntadora de Bambalinas. Con ella rememoramos algunos aspectos de esta experiencia enriquecedora... una maravillosa época para revivir...
Nos cuenta “Chela” Aguirre que debutó como apuntadora con la obra “Las de Barranco”. Ella estaba muy nerviosa... pero se sabía toda la obra de memoria. “Esta obra la vi en Buenos Aires y tiempo después cuando Darío Vittori la llevó a escena… pero ninguna resultó tan bien realizada como acá, por Bambalinas. Estuvo hermosa, muy linda”.
“En el traspunte de las obras que presentaba “Bambalinas” estaban Juan Cavulea y Omar Etchemendigaray, ambos de gran desempeño, quienes le daban la salida a los actores. En ese tiempo (año 1956) Cavulea se venía caminando desde Curumalán a los ensayos”.
“Chela” resalta que “Bernardo Buceta tenía una camioneta y a veces nos llevaba a los ensayos. También íbamos a pie en muchas ocasiones, con calles oscuras y de tierra. Jorge Alonso y Oscar Riesgo se trasladaban en una moto y, a veces, nos buscaban a alguna de nosotras. Ensayábamos en un local lindante a panadería “Los Molinos”, en calle Belgrano. El ensayo terminaba entre las 24 o 0,30 horas, más o menos”.
Situación cómica...
“En la obra “Las de Barranco” actuaba Don Guillermo Estrada, ya de por si verlo a él era cómico. Estrada interpretaba el personaje de Rocamora, quien llegaba a la casa de la señora, viuda, con un ramito de flores. En un determinado momento se desarrollaba una escena muy dramática con “Yuya” Estrada (en el papel de Carmen). Rocamora (Estrada) pretendía a una de las hijas de la viuda. La cuestión que Don Guillermo entraba unos segundos antes o después a escena.
En esta obra a Juan Cavulea se le cae el guión y al juntarlo no pudo realizar el seguimiento de la obra. Trató que Don Guillermo Estrada espere un momentito pero éste le contesta “Me toca a mi, me toca a mi...” y se mete antes de tiempo cortando una escena preciosa pero, al asomarse al escenario con las flores la gente se ríe y aplaude enérgicamente.
Después se recompuso la escena, yo desde mi lugar (la apuntadora se ubicada sentada en un cubículo al centro y por debajo del escenario) le fui dando la letra a cada uno; así se salvó ese cuadro”, recuerda “Chela” riendo al recordar ese momento. Previo a las actuaciones, cuando se realizaban los ensayos, “Chela” Aguirre marcaba sobre el guión la parte en la cual el personaje podía tener alguna falla y así poder apuntalarlos mejor.
El trabajo de apuntadora...
“Chela” Aguirre ingresó a “Bambalinas” por invitación de “Raquel “Yuya” Estrada, (ambas compañeras de trabajo en la Municipalidad de Coronel Suárez) como apuntadora considerando que “no me animé a ser actriz, pero si me admiro por el trabajo que realicé de apuntadora. Hubo ensayos que estábamos ´demorados´ con una página y media, una noche entera. Si no salía bien un papel, ya estaban algunos nerviosos y Don Agustín decía “sigamos un renglón más” por lo que había que estar muy atenta porque si no nos perdíamos”, dice nuestra entrevistada.
Sobre el vestuario que usaban los actores, “Chela” Aguirre recuerda en las actuaciones de Bambalinas “…una hermosa bata roja de satén de Agustín José Andrés (Hijo), que era preciosa, se usaba en casi todas las obras, entre ellos se la puso José María Placente”.
Grandes colaboradores...
Unas 30 personas se movilizaban en derredor de la actividad teatral de “Bambalinas”. Eduardo Ziegler realizó un trabajo incansable en toda la utilería. Bernardo Buceta todo lo concerniente a la electricidad (la familia Buceta trabajaba íntegramente para “Bambalinas”, sus hermanos, sus sobrinos, todos). Las peinadoras fueron Marta Ziegler, Zulma Morán, Celina y Emy Sauer. De maquilladora, recuerda “Chela” a Alicia Fadrique, “que era encantadora”.
Grandes actores..
“Por ejemplo el convecino y actor Jorge Alonso (autor del libro “Puerto Aguinaldo”) se sabía todos los personajes. Interpretaba papeles de mujer o de hombre, se sabía todas la letras, era tremendamente dúctil”, recuerda “Chela” Aguirre.
Y en el recuerdo aparecen las menciones de Alicia Mateos, Nora Lauro, Beatriz Acerboni, María Inés Etcheverry, Lidia Buceta, entre otros nombres. Y recuerda “Chela” que en algunas oportunidades y en papeles menores, estuvo Silvia, hija de la mujer de Lothar Erman, el hombre no vidente que denunció al criminal nazi Adolf Eichmann, desde Coronel Suárez.
A beneficio...
Otras de las virtudes de “Bambalinas” fue la donación benéfica que realizaba de lo recaudado en sus presentaciones. “Ibamos a Tornquist y actuábamos para la Sociedad Italiana. También a Pigüé, a Gral. La Madrid, Coronel Pringles. En Carhüé actuábamos para el Rotary Club. Recibíamos muy buen trato y colaborábamos entre todos”.
La admirable labor de Don Agustín...
Elda “Chela” Aguirre, señaló durante nuestra charla que los actores se turnaban: según el papel de la obra Don Agustín seleccionaba para los personajes a las personas que el entendía lo iban a hacer bien. En la próxima presentación actuaban otros actores y así se turnaban en los papeles escénicos, pero todos trabajaban esa noche para el bien común: la mejor actuación de “Bambalinas”.
Sobre Don Agustín Andrés señaló: “tenía mucha paciencia para manejar a los actores. Su trabajo fue admirable ya que recomponía situaciones. El tenía una vocación para el teatro. Si algún actor había tenido algún inconveniente era invitado a la casa de Don Agustín y solucionaba “el problema” que se había originado recomponiendo al grupo. El sabía “llegarle” muy bien a las personas. Y agregó “…fue admirable lo que hizo Don Agustín Andrés, algo que no fue reconocido justamente”.
Jorge A. Dukuen
• Fragmentos de la historia de la Asoc. Artística Bambalinas y Don Agustín Andrés, publicada en el libro “Los latidos del sentimiento, caricias para el alma”, Noviembre de 2009.- www.latidosdelsentimiento.blogspot.com.