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A beneficio de la Liga de Madres de Familia ofrecieron un espectáculo que rescata este famoso género musical.
Aplausos para una actuación brillante de Blanca Long al piano, Rodolfo Echeverry con la trompeta y el aporte de los jóvenes Mansilla, Martínez y Gomez.
Fueron invitados especiales Raquel Gonet, Silvina Díaz Chavez y el músico Lucas Urlacher.
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El sábado nuevamente, y bajo la coordinación de dos grandes músicos de la ciudad, como son la profesora Blanca Long y el trompetista Rodolfo Etcheverry, el Quinteto de Jazz de Coronel Suárez ofreció un nuevo espectáculo a partir de un variado repertorio donde desde luego no faltaron los clásicos que el publico siempre espera volver a escuchar.
Las voces de Silvina Díaz Chavez y Raquel Gonet aportaron una singular tonalidad sumando las dos calidas presencias femeninas que realzaron la brillante actuación y a un año del debut del quinteto, los amantes de este estilo, agradecidos por tanto sentimiento, mientras que además actuó como guitarrista invitado Lucas Urlacher.
Los jóvenes Martín Mansilla, Martín Martínez y Jorge Gomez aplicaron su talento personal y en distintas variaciones la articulación de sonidos resultó sencillamente maravillosa y el público acompañó con reiterados aplausos y los inevitables movimientos que despierta el jazz, mientras disfrutaban de un excelente servicio de buffet, todo programado a beneficio de la Liga de Madres de Familia.
El jazz es una forma de arte musical que se originó en los Estados Unidos mediante la confrontación de los negros con la música europea. La instrumentación, melodía y armonía del jazz se derivan principalmente de la tradición musical de Occidente.
El ritmo, el fraseo y la producción de sonido y los elementos de armonía de blues se derivan de la música africana y del concepto musical de los afroamericanos y el sábado el Quinteto de Jazz presentó un repertorio que claramente es el reflejo de la personalidad de los músicos, donde, y como expresara Blanca Long, permite decididamente la creación y todo se compagina de manera tal que cada uno es generador de su propio accionar, que se traduce en las conmovedoras melodías que ofrecieron.
Resultado: el espíritu gratificante y la admiración, por dos grandes figuras como Blanca y Rodolfito, junto al talento de los jóvenes Martínez, Mansilla y Gómez, son capaces de generar un sentimiento muy especial a través del jazz.
Aplausos interminables para una noche que nos condujo hacia un mundo donde el ritmo del jazz invadió el edificio de Brandsen y Lamadrid.