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Opinión sobre la disertación del Dr. José Antonio Abásolo.
Por la Licenciada Maria de los Angeles Laval.
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Por medio de la presente quiero agradecer a la Fundación OSDE Binario por la invitación a la disertación sobre “Invalidez Afectiva en el Ámbito Familiar” del Dr. José Antonio Abásolo celebrada el miércoles pasado en el Salón del Honorable Concejo Deliberante de Coronel Suárez. El Dr. Abásolo nos ha nutrido con su conocimiento, su experiencia, su poesía y sus sugerencias vitales fundamentales como por ejemplo: “Hay que quererse más, hablar más con nuestros hijos, con el prójimo, el amor comienza en el lenguaje y el lenguaje comienza hace más de mil años, Somos lo que pensamos, lo que decimos porque la palabra es el sonido del pensamiento, no degrademos la lengua, no degrademos lo humano…” Y entre sonetos con aroma a rosas así como quien quiere la cosa, anticipa disculpas “por si hay alguna Psicóloga en la sala que sea freudiana” porque considera que leer a Freud es leer “Literatura Fantástica” y que si todo lo por él escrito sería efectivo (cuestionando entiendo la existencia misma del inconciente y sus efectos) “los Neuropsiquiátricos no estarían tan llenos”. De ese tiempo a esta parte lo vengo rumiando… Y me cuestiono: Es necesario ese tipo de comentarios en una jornada abierta a todo público, en donde quizás no sólo haya Psicólogas sino también pacientes de las mismas…? Por qué no dejar estas antiguas y obsoletas querellas Psiquiatría-Psicología para otra ocasión o “bambalinas”?… Pero si no es otra cosa que lo mismo que pregona!! Más Platón y menos Prozac! Más palabras y menos pastillas. Acaso existe algún/a psicólogo/a que no sea freudiano/a? Hoy día ya no se cuestiona la existencia del inconciente y sus efectos. Fue una herida al ego –ya lo dijo Freud- “hay un 80% de mí que no conozco ni controlo a voluntad”… No reforcemos el estigma de que “al psicólogo van los locos” porque eso no es trabajar en pos de la palabra, el diálogo y la comunicación. En mis quince años de experiencia no he conocido colega alguno/a que no trabaje la Psicopatología de la vida cotidiana mediante la palabra como instrumento. Comencé la clínica en un Centro de Psiquiatría y Psicología de Moreno donde aprendí a trabajar en red, en interconsulta constante con la palabra y en ciertos casos, con la pastilla de la mano, liberándola o reencadenándola. Hace muy poquito que trabajo en mi querido Coronel Suárez, en interconsulta por supuesto, haciendo lazo social, entrevistándome con colegas para comprender más que entender la realidad local, para “prenderme con el otro” -siguiendo al Dr. Abásolo. No quiero extender más esta nota; simplemente destaco algunas contradicciones que han quedado “libremente flotando” en mi escucha.
Como profesional de la Salud, agradezco a todos aquellos médicos y colegas que derivan pacientes y se molestan en hacer red, especialmente al psiquiatra que supo escucharme y aconsejarme desde el comienzo, confiando en mis “licencias” para escuchar otra cosa en lo que se dice. Una licenciatura de seis años, más tres de posgrado y otros tantos de experiencia no pueden reducirse al concepto de “buena persona” por más lindo que éste suene.
“Para eso conversen con un amigo o con una Tía, que como toda buena persona los van a saber escuchar pero no vayan al Psicólogo!”
No degradar al otro, al lenguaje, hablar poco y decir mucho o hablar mucho y decir poco…
Es cuestión de creencias. Al saludarlo, presentarme y agradecerle la disertación me dice: “Si venís a saludarme es porque no estás enojada Laval. Se ve que además de Psicóloga sos buena persona.” Y no, no quedé enojada simplemente un poco contrariada y agradecida. Ojalá se sigan haciendo más encuentros de este tipo, de doctores de la línea de Albino, de Abásolo y de los que creen que el ser humano es su esencia y no su envase. Retomo la pregunta que nos hace Abásolo porque merece la pena tomar esta posta y no engancharse en aristas desafiladas:
“Bíceps, Tríceps, Prótesis… buscamos el cuerpo perfecto para alojar qué tipo de alma?...” Estos planteos cartesianos son los que retornan y retumban, invitándonos a replantear nuestra propia esencia y son los que destaco porque -lo quieran creer o no, le llammemos alma, inconciente o ser- esa esencia “está estructurada como un lenguaje” y no es Ciencia Ficción!
Hablando de Ficciones los dejo con un Fragmento de Jorge Luis Borges:
Funes, el memorioso.
“Había aprendido sin esfuerzo el inglés, el francés, el portugués, el latín. Sospecho, sin embargo, que no era muy capaz de pensar. Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer. En el abarrotado mundo de Funes no había sino detalles, casi inmediatos.
(---) Pensé que cada una de mis palabras, que cada uno de mis gestos perduraría en su
implacable memoria; me entorpeció el temor de multiplicar ademanes inútiles.”
Y entonces callé.
Lic. María de los Angeles Laval
PSICÓLOGA (UNLP)
MN: 26.648 MP: 81.943.