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“Cuando chocas a 200 kilómetros por hora se te cruza todo por la cabeza, pero gracias a Dios hoy lo puedo contar”.
“Tengo solo palabras de agradecimiento, no me hubiese imaginado que tanta gente se iba a interesar por mi estado de salud”.
“Todavía es muy anticipado para definir si seguiremos corriendo o no, posiblemente no tan rápido”.
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Muy dolorido producto de dos costillas fracturadas, al igual que el omoplato, la fisura de esternón y una innumerable cantidad de golpes y magullones, el piloto suarense Horacio Heiland no dejó pasar la oportunidad de conversar mano a mano con la Radio.
De regreso a nuestra ciudad el miércoles por la noche, después de algunos días muy complicados con su estado de salud, Heiland en sus primeras palabras dijo “gracias a todos”.
“No me imaginaba que tanta gente iba a estar interesado en mi estado de salud, no paramos con mi familia de atender llamados en nuestros celulares, los de nuestros familiares, gracias a todos por la preocupación”.
Avanzada la entrevista reconoció que “estaba en el segundo lugar en la competencia, pero con este espíritu ganador fuimos un poco mas fuerte, entramos en quinta velocidad a 200 kilómetros y a la salida de una “S” el neumático trasero derecho mordió un borde y salimos volando, dimos una vuelta y media de punta y quedamos clavados en una cuneta; el golpe mas fuerte fue de mi lado y por eso quedé con todas estas lesiones”, dijo Horacio Heiland ante la consulta de la Radio.
Luego agregó que “estuve cinco horas inconciente, cuando me desperté me habían hecho una serie de estudios en el Hospital de Salto, pero decidimos en las primeros horas de domingo viajar a Buenos Aires, a la Clínica Fleni, donde en tres horas me hicieron un montón de estudios y de ahí nos derivaron a la Clínica Mater Dei, donde estuve internado hasta el miércoles a la mañana, cuando me dieron el alta”.
Heiland comentó que recién el lunes a la mañana, cuando “me desperté después de todos los estudios, me termine de dar cuenta lo que me había sucedido, ahí estaba en el tiempo real, fue muy difícil, muy duro, doloroso, y uno piensa en todo”, agregó.
“En esta entrevista quiero agradecer, es difícil poner en nombre y apellido a cada uno, por eso en nombre de mi familia y mío gracias a todos y sobre todo a Dios, por que seguramente si no fuera por él no podría contar esta historia”, sintetizó Horacio Heiland.