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Esta semana finalmente, con el inicio del mes que marca la mitad de un nuevo año, se volvió a abrir la actividad en la pileta cubierta de Blanco y Negro.
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Por varios meses el lugar estuvo cerrado para hacerle adecuaciones y mejoras que estaban siendo solicitadas desde hacia tiempo por los profesores que brindan clases en el lugar.
El cambio que se ha producido es fundamental: una mampara separa el lugar de espera e ingreso a los vestuarios del resto del natatorio, lo que permite ir cambiando gradualmente la temperatura entre el exterior y el interior.
Se ha cambiado totalmente el techo y se han revestido con azulejos las paredes. Una alfombra antideslizante bordea todo el natatorio, formando parte de las mejoras y modernizaciones introducidas en el complejo.
El profesor Pablo Ordóñez, mientras se disponía a atender a un numeroso grupo de niños que aguardaba el momento de meterse en el agua, manifestó su alegría por el inicio de las actividades, por la reapertura del natatorio cubierto y porque se hayan logrado las mejoras que tanto habían esperado.