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Nos recibió en su casa, una hora antes de que le fuera otorgada una mención especial por su labor en el barrio de Villa Belgrano.
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Con la mirada límpida de quien sabe lo que dice y lo que hace. El gesto austero. Y la honestidad a flor de piel.
Esta mujer de 61 años, viene trabajando desde los 12 años, cuando fue necesario empezar a aportar para la casa familiar, y la crianza de todos los hermanos.
Marta González es de afectos firmes: dice que lo mejor que tiene es la familia y esto queda claro para quien ha seguido un poco su historia, porque lo que genera entre los suyos es el cariño basado en el respeto.
Completó la escuela primaria, cuando tenía 20 años, y gracias al empuje de su maestra de primer grado en la Escuela Nº 20, Lelé Frers, quien les insistió siempre a sus alumnas porque terminaran esta etapa educativa.
Dice que sufrió un poquito cuando luego de 25 años de trabajo en la ex Gatic, se quedó sin empleo como muchos “pero yo ya tenía la vida hecha, me daba mucha tristeza por los más jóvenes que se quedaron sin trabajo”.
Mujer honorable, leal y de convicciones, agradece al ex intendente municipal Ricardo Wagner y a Oscar Durand que siempre estuvieron a su lado, en las buenas y en las malas y le tendieron la mano cuando fue necesario.
Al momento de recibir la distinción, en el acto de ayer, agradeció a la comunidad y a sus padres, “a quienes les debo esto”, graficando que lo que uno es se aprende en la casa, lo enseñan los progenitores, y queda para siempre.
La distinción que recibió Marta González, es un hecho de justicia para quien –en la sencillez y la humildad que le son características- siempre tiene abierta la puerta de su casa para quien necesita un consuelo, un oído que escuche, una palabra de aliento y un empujón para seguir transitando la vida.