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“La escuela siempre ocupó en mi vida el primer lugar”.
Con la misma voz y pasión que puso en cada una de sus clases se retiró dejando una profunda huella en al educación suarense.
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Dando una última clase, en este caso para sus pares docentes y también para los alumnos, se despidió de la docencia la profesora de Historia e integrante del cuerpo directivo de la Unidad Académica, profesora Liliana López, en su carácter de Directora de la Escuela de Educación Media Nº 4.
Es que en su mensaje de despedida brindó una enseñanza para quienes quieran escuchar a esta apasionada docente, de clases encendidas, que despertaban entusiasmo por descubrir la historia de los pueblos; de este directivo comprometido con la institución en la que estuvo toda la vida, primero como alumna, luego como docente y Directora en los últimos años.
“Los alumnos quieren aprender, están dispuestos a escuchar, tienen ganas de trabajar si se los entusiasma, si se los trata con respeto, si se encara con pasión la tarea de enseñar”.
En su mensaje final, haciendo uso del mismo impulso en la voz con la que dictaba las clases, agradeció a todos quienes le permitieron cumplir la tarea a lo largo de todos estos años.
Mencionó que en este tiempo, en la tranquilidad de su hogar, revisando papeles que ha conservado, encontrándose con antiguos proyectos de clase, que pertenecían a otras épocas de la enseñanza, y hallando listados de ex alumnos, muchos de los cuales son los papás de los alumnos de hoy en día, reconoció que “es hora de cerrar esta etapa de docente, porque he cumplido un ciclo”.
Dijo que “la escuela ha estado siempre en mi vida, ha ocupado el primer lugar, para ello conté con la paciencia y la comprensión de mi familia, mi marido, mis hijos, mi madre y mis amigos, que me acompañaron y respetaron que la escuela estuviera siempre primero en mis ocupaciones y preocupaciones”.
No muchos docentes y directivos se despiden de la tarea con un cerrado aplauso de los alumnos y con el cántico de que “Liliana no se va”; la profesora Liliana López así dejó la función docente, sin duda cosechando todo el cariño que sembró a lo largo de su tarea en las instituciones educativas en las que dejó su sello.