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Organizó Caritas Parroquial en el salón del Barrio San Cayetano.
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Como es tradicional en esta época de Cuaresma, los integrantes de Caritas Parroquial organizaron la Cena Penitencial consistente en una taza de caldo que permitirá además, con la venta de los sobres, colaborar con el funcionamiento de la entidad y al mismo tiempo fue ofrecida como sacrificio y reflexión en este tiempo que resulta tan fuerte para todos los cristianos.
El amplio salón del Barrio San Cayetano se encontraba colmado de todos los movimientos que componen la Iglesia local, con referentes de cada una de las actividades y fieles en general que compartieron la Cena Penitencial.
Durante toda la semana se pusieron a la venta los sobres y como ocurre todos los años se produjo una masiva presencia de fieles que ya comienzan a vivir intensamente la próxima conmemoración de la Semana Santa.
Participaron además el Cura Párroco Diego Kessler, los Sacerdotes y religiosas locales y en el momento de la bendición de la mesa el Sacerdote reflexionó señalando la trascendencia de la fecha que se avecina, pidiendo como siempre la oración, la solidaridad y como en el caso de la Cena Penitencial el sacrificio y el gesto al mas necesitado.
La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.
Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. En Cuaresma aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto prendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.