Lo dijo el destacado profesional, médico clínico y especialista en tratamiento del dolor y cuidados paliativos, que hace 5 años eligió a esta comunidad para radicarse y brindar servicio a través de su profesión.
Encontramos al Dr. Fernando Migliavaca en la Unidad Sanitaria de Pueblo Santa María, atendiendo a parte de los 15 a 20 pacientes que cada día concurren a este lugar para requerir diferentes atenciones en salud.
Y a poco de comenzar la nota se mete de lleno en lo que más le apasiona: su profesión, y el convencimiento de que hay que volver a humanizar la medicina.
La semana pasada participó de un Congreso Nacional de la especialidad, donde se insistió en la importancia de volver a retomar el contacto médico-paciente.
Y de esto sabe mucho y está convencido que es así como se debe trabajar.
“Debemos volver a la práctica de la medicina donde el médico era amigo de la familia, donde conocía el nombre de todos, desde el abuelo al nieto, y visitaba la casa de sus pacientes entrando sin golpear. Porque los médicos tenemos la tarea de curar cuando se puede y de cuidar siempre a nuestros pacientes. Cuando curar no es posible, porque se trata de una enfermedad terminal o crónica, hay que cuidar al enfermo para que logre la tranquilidad espiritual y disminuya el dolor”.
Con la calidez que lo caracteriza el Dr. Migliavaca dijo además que “no importa la religión de cada persona, o aún el que sea ateo, hay en esta etapa lo que algunos especialistas llaman un estado de sanación, donde hay que tratar que la persona sea capaz de perdonar, perdonarse y decir adiós. Es importante que todos los médicos volvamos a tomar en cuenta la necesidad de retomar el contacto con nuestros pacientes”.