La sala del Teatro Cervantes presentaba un lleno total de público en las plateas y el sector alto, convocados especialmente para escuchar a una figura que desarrolla temas relacionados con la necesidad de aprender a comprometernos con el presente y avanzar en transformaciones positivas a partir de uno mismo.
El Rabino Sergio Bergman, es una personalidad conocida a nivel internacional y por segunda vez visita Coronel Suárez y con la misma repercusión de público.
Evidentemente su estilo, sus meditados ejemplos sobre la actualidad a partir de logar una paz interior que nos permita extenderla hacia nuestros semejantes, aun con las adversidades del presente, los condicionamientos que nos impone la sociedad con parámetros de exitismo desmedidos que en la mayoría de los casos no conducen a perder el norte de nuestros caminos, resulta grato escucharlo.
En esta oportunidad, el tema dominante de la conferencia, fue el presente, los gobernantes, sus estilos, el modo en que la sociedad de moviliza y se inmoviliza, sus comportamientos y cambios de ánimos.
La sorpresa para el público, fue recibir a Agustina Garros, quien acaba de regresar, después de un complejo tratamiento médico que se inició en nuestra ciudad como consecuencia de una severa enfermedad cardíaca que afortunadamente se encuentra superando y prueba de ello, es el ánimo y semblante que demostro sobre el escenario donde el Rabino Bergman brindó la conferencia pública.
Sergio Bergman definió muy bien el significado de habitante del país para convertirse en un ciudadano con todos los derechos y obligaciones que ello implica, por lo cual el auditorio siguió atentamente toda su charla.
Para el Centro Comunitario Espíritu Santo de Pueblo Santa Trinidad, quedó una buena recaudación ante la respuesta del público que se dio cita en la oportunidad.
En consecuencia queda un rédito económico para la entidad organizadora a través de un grupo de cooperadores que constantemente se encuentra trabajando para el Centro Comunitario y para la gente en general profundas reflexiones que ayudan a esclarecer un panorama que a veces aparece como sombrío, confuso, con valores desvirtuados con marcan un rumbo poco esperanzador.
La llama que encendió el visitante, plantea el desafío de comenzar las transformaciones positivas a partir de uno mismo extendiéndola al entorno y a partir de allí, movilizando desde adentro hacia afuera, con la participación y convicciones firmes sobre el mañana que queremos para nosotros y para nuestros hijos.