Tras 38 años de labor constante la próxima semana ya no será necesario que Silvia Cassano ponga el reloj despertador para concurrir como cada mañana a su trabajo en el área de Despacho de la Comuna suarense.
Es que hoy, viernes, está transitando su último día de labor, camino a la jubilación, muy pensada, razonada y finalmente decidida.
En un aparte, de una jornada de labor que ya empezaba a ser especial, conversó con La Nueva Radio Suárez recordando que “ingresé cuando tenía 22 años. Entré cuando era Intendente el Coronel Pedernera, en el gobierno del proceso, a través de un concurso. Estaba en Suárez, había dejado de estudiar, vi que había este concurso y decidí anotarme. Hace 38 años de eso”.
Empezó en el área del conmutador, donde estuvo seis meses, después “Beba Blasco, que era la Directora de Despacho, me pidió para trabajar con ella y aquí estoy desde entonces”.
El área en el que trabajó toda su vida laboral es “el centro de toda la Municipalidad. Pasa todo por la oficina nuestra. Nosotros hacemos todo lo que es decretos, resoluciones, trabajamos con todo lo del Concejo Deliberante, con todas los decretos de todas las áreas. Es muy amplio todo lo que hacemos, son muchas cosas, no es un único tema”.
Sobre sus compañeros de trabajo a lo largo de estos años, de Beba Blasco reconoce que le enseñó a trabajar una agente municipal histórica para la Comuna suarense, “Beba, muy buena, fue la que realmente me enseñó a trabajar. Muy recta era, sigo en despacho gracias a ella, de quien aprendí todo”.
También agradece “a María Ostertag, con quien tuvimos una muy buena relación, incluso hasta el día de hoy. Después estuvo conmigo Romina Medeiro y ahora Adriana, que hace diez años que está conmigo y nos llevamos muy bien. También con la gente de Asesoría Letrada, que está al lado nuestro, con quien hemos hecho muy buena relación y una amistad de familia, como es el caso de Graciela De Trocchi”.
Silvia Cassano dice “me voy de la Municipalidad porque pienso que es una etapa cumplida, no porque esté mal. Me gusta el trabajo y me sigue gustando; no me molestó nunca el trabajo. Me dije que ya estaba, que había que dejar paso a la gente joven. Estoy contenta, voy a extrañar lo diario, lo cotidiano. Treinta y ocho años que estoy acá, con ocho horas de trabajo. Esto pasa a ser la segunda casa, realmente, con cosas buenas que han pasado y cosas malas también. Para mí la Municipalidad ha sido contención y alegría. Todo lo que he pasado quedó acá adentro, contenida por los compañeros en todos los casos. Y gracias a mis compañeros de la Municipalidad que he salido adelante en muchas cosas”.