Esta secuencia del poema épico del griego Homero, puede ser aplicada a este siglo y particularmente en 2017.
Ulises es advertido por la diosa Circe de lo peligroso que era el canto de las Sirenas, por ello Ulises ordenó tapar con cera los oídos de sus remeros y se hizo atar al mástil del navío. Si por el hechizo musical pedía que lo liberasen, debían apretar todavía más fuerte sus ataduras. Gracias a esta estratagema Ulises fue el único ser humano que oyó el canto y sobrevivió a las sirenas, que devoraban a los infaustos que se dejaban seducir. Estas criaturas monstruosas se precipitaron al abismo al verse vencidas por la estratagema de Ulises.
Siguiendo la línea de la metáfora, en un país conocido, ocurrió algo similar. Se dieron las elecciones para elegir sus más altas autoridades que gobernarían por cuatro años la vida de sus habitantes. Existía ya un gobierno que había hecho muchas cosas luego de recuperar el país de una gran crisis doce años antes. Los oficialistas, reconocían que había mucho por hacer aun y que había que tener en cuenta lo hecho y particularmente de donde se partió. Quienes se oponían a la continuidad de estas autoridades que luego serían un 51 %, se componían: en un 25% los que pretendían un cambio pues el gobierno anterior había tomado de sus ganancias y riquezas para distribuirlo entre el pueblo y querían recuperarla aunque eso significara sumir al pueblo beneficiado con el reparto equitativo de la riqueza, en la pobreza y la desocupación mas ruin. Estaban allí también un 26% de opositores o aspirantes a reemplazar a las anteriores autoridades y con su oposición beneficiaron a ese 25% más ambicioso, pero en el afán de ganar un puesto u obtener algo de poder político, se sumaron al ataque que ese 25% realizó sistemáticamente contra el gobierno anterior. Las Sirenas hicieron su trabajo y estos omitieron ponerse los tapones y se negaron atarse al palo mayor de la nave dejándose cautivar por el canto.
Las Sirenas en su canto alentaban denuncias, corrupción, desgobierno de parte de los anteriores. Callaban las Sirenas toda información sobre corrupción de ese 25% del que ellas también formaban parte. Encontraron como aliados a la Justicia de la isla gobernada por las Sirenas. De los opositores que no formaban parte de ese 25% se puede tomar a los que especularon con esa degradación urdida por las Sirenas. Obtuvieron importantes puestos desde donde colaboraron luego en el gobierno electo al son de los cantos de Sirena.
Un porcentaje, que luego formarían el 51% obtenido por quienes propugnaban el cambio, solo querían un cambio, subestimando los beneficios que habían obtenido desde doce años atrás donde si que estaban mal -1998 al 2003 -. Otros ni se tomaron el trabajo de comparar para elegir, se dejaron llevan mansamente por los Cantos de las Sirenas.
Como en la Odisea, las sirenas se devoraron a los infaustos que se dejaron seducir. Las Sirenas, obtenido el poder, volcaron sus beneficios, apoyados por una justicia que les era servil, a quienes mas tenían. A los poderosos de siempre.
Los remeros al igual que Ulises, que desoyeron los Cantos de Sirenas y que estuvieron permanentemente alertando sobre el peligro que encierra hacer caso a esos cantos, ven con dolor como caen sometidos por la angustia, la desocupación, la injusticia. Sin solución de continuidad gran parte de un pueblo engañado con mentiras y engaños. Una vez más, estos Cantos de Sirena se repetirán en el próximo acto eleccionario. Un país endeudado por cien años, deja sin alternativas a trabajadores, jubilados, humildes, etc. No así a los evasores, especuladores, poderosos.
¿Taparemos, como los remeros de Ulises, nuestros oídos para ser inmunes a los Cantos de Sirena o como en el poema de Homero, estas criaturas monstruosas se precipitarán al abismo al verse vencidas por la estratagema de Ulises que en estos momentos representaría un pueblo alerta, comprometido, esclarecido.
Julio Zaballa
DNI 5.492.952