Varias veces ha realizado el histórico cruce de los Andes, con la Asociación Sanmartiniana Cuna de la Bandera, con sede en Rosario.
En el bicentenario del Cruce a los Andes que realizó el general San Martín, con su ejército, para consolidar la libertad de Argentina, Chile y Perú del dominio español, no podía estar ausente.
En esta ocasión, Juan Galbarino fue destinado a realizar el cruce por el paso de Potrerillos, donde destinaron a los veteranos de estos cruces, porque el terreno implica marcha más rápidas para sortear, antes de las 4 de la tarde de cada día, cursos de ríos de montaña, que para esa hora, han aumentado su caudal debido a los deshielos.
No por repetido, este viaje tuvo menos emoción. Al contrario, tuvo toda la emoción de estar rememorando los 200 años del cruce realizado por San Martín y sus tropas.
Consultado por La Nueva Radio Suárez, Juan Galbarino contó que el grato acontecimiento terminó el viernes pasado por la mañana, “conmemorando los 200 años del cruce, en esta oportunidad había un matiz especial. Fue importante, fue algo nuevo. Esta vez lo hice por un paso que no había hecho nunca, el cruce de El Portillo. Está ubicado en la primera cadena de montañas antes de llegar al límite con Chile. Comienza en el manzano histórico, en lo que es Tunuyán, y termina en el límite con Chile. Este año hubo varios cruces, colaboró mucho el Ejército, en los límites se juntaban con el Ejército de Chile, en el marco de la conmemoración de los 200 años.
Informó que para estos cruces, “se usa mucha mula, porque es el animal más adecuado para la montaña. Como no hay suficientes mulas, también se recurre a los caballos, criados en la montaña, así que conocen el terreno perfectamente. Este cruce, el de El Portillo, hay que hacerlo más rápido, también tiene sus caminos de cornisa, precipicios, llegamos a los 4.330 metros sobre el nivel del mar, donde falta un poco el oxígeno, hay que caminar despacio, no hacer movimientos muy bruscos para poder sortearlos. Hay dos ríos que a las 3 o 4 de la tarde, aumentan mucho el volumen de agua, debido al deshielo en las cumbres. Por eso teníamos que salir a la mañana temprano, y no podíamos parar hasta que pasábamos esos ríos”.
La Asociación este año, “realizó el cruce por tres lugares: por Uspallata con un contingente de 120 ó 130 personas que es el lugar más fácil, lo hizo en mula y caballo, y también alrededor de 25 personas que lo hicieron a pie. Por Los Patos fueron 30 caballos y 12 personas a pie hasta el límite con Chile, y luego regresaron con mulas que proveyó el Ejército. Y nosotros, en El Portillo, éramos 37 civiles, 6 baqueanos y un grupo de militares que nos dio apoyo: un cocinero, un operador de radio, entre otros. Hasta cierto punto llegamos con vehículo, y luego de El Portillo hasta el límite con Chile, dos días de marcha, que se hicieron con mulas. Antes de llegar al límite, fuimos recibidos en un refugio construido en la década del ´40, en la presidencia de Perón, cuando se hicieron varios refugios para el control de la precordillera”.
Hubo un momento muy emotivo, “cuando un veterano de la guerra de Malvinas, que había traído tierra del cementerio de Darwin, entre todos hicimos un pequeño pozo en la piedra y depositamos la tierra ahí, cantando también el Himno”.
Agregó que “tuvo la suerte de conectarme con esta Asociación hace unos años y pude hacer el cruce por Uspallata, dos por Chile, recorriendo la ruta sanmartiniana desde aquel país; también hice dos veces el cruce por Los Patos, que es el que utilizaron San Martín, Soler y O´Higgins. Y este año a la mayoría de los veteranos que teníamos ya 3 ó 4 cruces nos mandaron por El Portillo, que es el paso por el que San Martín cruzó más veces porque va directamente a Santiago de Chile. Allí está el monumento donde se recuerda el encuentro que tiene San Martín, al regreso de Perú, cuando renuncia a seguir con el Ejército, que le deja todo servido a Bolívar. En ese monumento está él a caballo, cuando lo recibe el oficial Olazábal, que era uno de los oficiales que entró de muy chico al cuerpo de Granaderos. Está San Martín vestido con un poncho de arriero, con un sombrero chileno, abrazado a Olazábal. En la base del monumento, está una escritura que dice “Renunciamiento histórico”. Después de esto, San Martín se va a Europa, para no regresar más a nuestro país”.