“Hace muchos años que estoy en la actividad y no es la primera ni la última crisis que nos toca vivir”, dijo Alberto Fernández, productor lechero de Coronel Suárez.
Agregó a estos conceptos que “el sector lechero, como otros, siempre tuvo años buenos y años que son complicados. Se había dado el año pasado, sobre todo con las primeras medidas que había tomado el gobierno nacional, una situación que era un combo muy malo para la lechería. Me refiero concretamente en que por un lado se sincera el precio del dólar lo que nos afecta duramente porque tenemos muchos insumos en dólares y por otro lado bajó el precio internacional de la leche en polvo, eso hace que nos paguen menos por litro. Estábamos cobrando 3,20 pesos el litro de leche y nos bajó a 2,60 pesos, es decir, por un lado se nos aumentaron las compras de insumos dolarizados y por el otro lado se nos bajó el precio de lo que nosotros vendemos”.
“Hubo un tercer factor: al sacar la retención de los cereales nos aumentó mucho todo lo que es comida, ración, balanceado y demás. Fue un combo de tres factores en contra que tuvo la lechería, que realmente nos hizo pasar muy malos momentos”.
Fernández, respondiendo a la consulta de la situación actual de la producción lechera que “de esa situación estamos saliendo ya estamos en un período en el que superamos esa crisis tan severa que nos pegó durante muchos meses del 2016”.
Poniendo nuevamente en números la situación anticipó que “de 3,20 pesos que nos pagaban en su momento, bajamos a 2,60. Hoy estamos en 4,70 pesos. Es decir, hemos recuperado mucho, pero nos falta todavía recuperar, porque la verdad es que el litro tendría que estar alrededor de los 6 pesos”.
Agregó que “el precio de la leche en polvo ha subido internacionalmente y eso arrastra bastante; de todos modos también falta que se reactive el mercado interno, porque eso es un motor muy importante para la actividad”.
En cuanto a la relación con la industria lechera señaló que “acá pasa un camión de Sancor que tiene algunos pocos tambos, sobre todo por el lado de La Madrid; pero la gran mayoría, le vendemos a La Serenísima. Esa es una única opción que tenemos y eso es un problema porque no hay competencia entre ellos: el tambo que es de Sancor no lo toca Serenísima, y viceversa. Eso es manipulación de mercado, que está prohibido por nuestra Constitución, pero es una cuestión legal y muy larga”.
Destacó que “estamos empezando a recuperar un precio; en ese momento tan malo, llegamos a tener una participación como productores, en el precio final de la góndola, en un 22%. Es decir, de lo que paga el consumidor, el 22% era en ese momento de crisis tremenda para el productor. Hoy estamos en el 29%, hemos recuperado parte, todavía nos falta un tramo para llegar al 33 o al 35%, de participación del producto final de la góndola. La que está también muy complicada es la industria, porque bajó de niveles del 33 al 32%, hoy está en el 26%. El supermercadismo está estable, en alrededor del 29 ó el 30%, y el Estado el 16%, por los impuestos que tiene el producto”.
Por la inundaciones en la zona núcleo de producción tambera, en el centro del país, en el año 2016, “hubo una producción un 14% más abajo que en el 2015. Y eso se debió primero por la cuestión de precios, sobre todo, hubo tambos que cerraron que no eran viables, y después obviamente por el drama de las inundaciones. Se habla de que cerraron 1.000 tambos y otros 1.000 están entre cerrar y seguir. Hay casos extremos donde era imposible seguir produciendo”.
Destacó el productor que también que para la industria lechera “hay una presión excesiva del gremio ATILRA, que nuclea a los trabajadores de la industria lechera ha conseguido logros importantes en su beneficio, pero hay pedidos como un aumento salarial del 49% que implica una presión muy fuerte para el sector industrial, considerando que trabajan con un producto perecedero, como es la leche, que no puede parar, tiene que seguir produciendo”, concluyó señalando Alberto Fernández.