La cosecha fina que acaba de pasar resultó verdaderamente muy buena, sobre todo en rindes, que fueron extraordinarios, fuera de lo común para muchos sectores del Distrito.
Ahora los productores están muy atentos con lo que puede pasar con sus granos gruesos, ya que el calor del verano, los vientos secantes y la ausencia de lluvia están haciendo sufrir bastante, sobre todo a girasoles y maíces.
Consultado el Ing. Agrónomo Juan Pedelaborde dijo a La Nueva Radio Suárez que “la falta de agua es muy notoria, acompañada de un fuerte calor que estresa a los cultivos de gruesa, que están en estos momentos en el campo”.
No hay mucho tiempo más para esperar lluvia: “hay poco tiempo de margen, porque los cultivos, sobre todo el maíz y el girasol, están en estado reproductivo, que es lo que va a determinar el potencial de rendimiento. A su vez ese estrés, si hay una gran competencia de maleza, va a disminuir el rendimiento del cultivo. Por eso cuanto antes precipite va a ser mejor para salvar la condición del cultivo”.
Si bien había reserva hídrica en el suelo, por las lluvias del invierno, la realidad es que “la demanda de los cultivos de verano es fuertísima. Un maíz, en estas fechas, demanda entre 7 y 9 mm. diarios, si pasa un mes sin llover las reservas se terminan”.
En cuanto a la soja, que ocupa gran parte de la superficie cultivada, explicó el Ing. Pedelaborde que “es un cultivo que puede aguantar un poco más ese estrés hídrico, pero también va a entrar en el estado de floración pronto, y con el exceso de calor y la falta de agua existe el peligro de aborto de flores, lo que determina un número menor de granos al momento de la cosecha”.
¿Hasta cuándo pueden aguantar los cultivos que con más urgencia necesitan agua?
“Debería llover ya”, responde el profesional consultado, agregando que “lo que es más atrasado, siembra tardía de maíz y girasol, tiene un margen un poco mayor. Pero se requiere que llueva urgentemente”.