Hace 22 años que Marifi es enfermera en el Centro de Jubilados que tiene su sede en la calle Sarmiento.
Al consultarla en torno a los controles básicos de salud que tendría que hacerse regularmente un adulto mayor, independientemente del control médico habitual, indicó que “frecuentemente es el control de presión arterial. Al ir aumentado en edad lo hace también la presión, porque el organismo es una máquina que envejece y junto con ello las arterias, el corazón. No solo se pone viejita la piel, sino también el interior del organismo. Gracias a Dios la medicina ha avanzado bastante y hoy hay muchísimo tratamiento y medicación para poder seguir. Así es que se ha estirado el nivel de vida. Para dar un ejemplo, tenemos una abuela que la atiendo desde que estoy, Alcira. Siempre la pongo de ejemplo: tiene 94 años, hace poco tuvo que hacer un tratamiento porque tenía un poquito de anemia y se quejaba porque le tuvieron que poner una señora que le ayude en la casa. Se ha extendido mucho el nivel de vida, la calidad de vida. La gente mayor está muy bien”.
“Lamentablemente hay algunos que tienen algún tipo de demencia, o tienen afectaciones de tipo orgánica. Pero la mayoría de la gente llega muy bien. Hay una manera nueva y completamente distinta de vivir la adultez mayor. Nuestros abuelos hoy tienen una actividad impresionante. Los talleres que ofrecen el Consejo de Adultos o PAMI son impresionantes, los ayudan, los hace sentirse bien, útiles. Es maravilloso lo que les produce. Al estar muy ocupados no piensan en sus nanas”.
Insistiendo en torno a los controles básicos, y particularmente el de la presión arterial, Marifi Figueroa indicó que “fundamental es una vez por semana. Hay algunos abuelos a los que el médico les manda a hacer un control diario, porque les han cambiado la medicación o lo que fuere, pero con una vez por semana, cada quince días, está muy bien”.