“Esta es una fiesta especial, las familias se preparan y también la Iglesia. Nosotros tenemos actividades que organizamos en celebración a este evento que marca un antes y un después. El nacimiento de Cristo cambió la historia de la humanidad. Y eso tiene que llegar así a cada persona, a cada ser humano. En una etapa de la vida tal vez uno no tuvo un encuentro o una relación de fe con Cristo, y luego, si uno conoce su vida y su obra, eso produce un después de Cristo”, dijo el Pastor de la Iglesia Evangélica Luterana que tiene su sede religiosa en la calle Ameghino de Coronel Suárez.
Explicó que como Iglesia el día 24, por la noche, “se hace una celebración con los niños. Y el día domingo el agradecimiento a Dios por, como dice la Biblia en uno de sus versículos: ‘de tal manera amó Dios al mundo que dio a su hijo único para que todo aquel que en Él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna’. Queremos agradecerle a Dios por ese inmenso amor, ese amor tan grande. Sólo con creer en Él tengo la vida eterna. La gente se pregunta, ¿cómo puedo tener la vida eterna? Con creer. Debe ser difícil, sino todo el mundo creería”.
Indicó que creer implica “mente y corazón consagrados a Dios”.
El camino hacia Dios comienza “con reconocer la necesidad de uno. Si tengo un mal, una enfermedad, consulta a un médico. Lo mismo pasa en lo espiritual, es necesario reconocer que soy un pecador, que digo y hago cosas que no son correctas, que lastiman a Dios, porque no está de acuerdo con su palabra y también lastima al prójimo. El camino hacia Dios es reconocer que soy un pecador, necesito el arrepentimiento, dar la vuelta e ir hacia Dios. No es que tengo que escalar hacia el cielo. Él descendió del cielo. Dice el texto bíblico que ‘de tal manera amó Dios al mundo que dio a su hijo’. No es que lo canjeó, es un regalo. Es un obsequio de Dios. Ahora, para que ese obsequio sea mío tengo que recibirlo. Si no los recibo a esos regalos no me sirven de nada. Dios nos da a su hijo como un regalo y debemos recibirlo de corazón, con confianza y con amor. De tal manera amó Dios al mundo que dio a su hijo único para que todo aquel que en Él cree no se pierda. Al creer en Él no se va a perder, va a tener la vida eterna”.