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La tragedia que vive hoy el Dr. Juan Azpitarte, conocido médico psiquiatra de Coronel Suárez.
 
Su hijastra Julia Flammini tenía 30 años y era abogada.
Viajó a Gualeguaychú para ver al Indio Solari durante el fin de semana y se alojó en una cabaña de un complejo termal.
Creen que entró a la habitación de su ex y que la mató tras una discusión.
A la abogada la mataron de 60 puñaladas.
"Se estaba propasando", alertó por WhatsApp.
Detuvieron en las últimas horas al hombre que estaba junto a Julia Flammini en el bungalow de Gualeguaychú.
El Dr. Azpitarte vinculó los hechos de violencia con el consumo de drogas.

Julia Flammini tenía 29 años, se había recibido en la Universidad Católica y trabajaba en el servicio penitenciario.
La hijastra del Dr. Juan Azpitarte fue asesinada de 60 puñaladas, la mayoría de ellas en la cara después de que viajó desde La Plata a Gualeguaychú para disfrutar del recital que ofreció durante el fin de semana en esa ciudad Carlos el Indio Solari.
Por el asesinato fue detenido en las últimas horas Andrés Osvaldo Roldán (38), a quien la joven habría conocido en otro show del mismo músico y en cuya cabaña se alojó el jueves a la tarde. Ahí la encontraron a eso de las 18.30 de ese día, tirada en el piso del baño, desgarrada de varios cortes. La autopsia confirmó que fueron 60.
En cuanto al principal sospechoso, lo capturaron a eso de las 10 de la mañana del domingo, frente al Corsódromo. No fue demasiado complicado. Es que a causa del recital “hay 1200 policías en la calle y todos tenían la foto de este hombre, que habían obtenido del celular que dejó en la escena”, dijo una fuente oficial.
No trascendió si tenía sangre en la ropa. Sí, que dijo llamarse de otro modo. Los investigadores lo colocaron en una rueda de reconocimiento con los dos amigos con los que había viajado. Y estos despejaron todas las dudas.
Estaba previsto que lo indague el fiscal Lisandro Verán. Nadie apuesta a que declare, aparentemente el crimen ocurrió en un complejo de termas de la ruta 42, entre Gualeguaychú y Pueblo Belgrano.
Ahí llegaron el jueves al mediodía tres amigos de Florencio Varela. Dos de ellos (una pareja), se alojó en el bungalow 22. Andrés Roldán ocupó el 23. Ese mismo día, Julia llegó en su auto a Gualeguaychú, junto a un amigo. Este se alojó en la habitación del apart 115, y ella fue hasta el bungalow 23. A las 5 de la tarde, los encargados del complejo llamaron a los amigos de Roldán para avisarles que se había quedado empantanado con el Renault Clío, pero cuando fueron a ayudarlo, lo vieron correr en dirección al campo.
El auto fue remolcado hacia los bungalows, donde el amigo de Roldán notó que la puerta de la cabaña 23 estaba abierta. Entró, creyendo que ahí estaba. Pero no. Escuchó que la ducha estaba abierta.
Y fue a ver. En el piso, entre la sangre y el agua, yacía el cuerpo de Flammini. Al lado, un cuchillo de cocina quebrado. Según versiones periodísticas, la abogada le envió mensajes de whatsapp a su amigo diciéndole que Roldán “se estaba propasando” y que se iba a dar “un baño para ver si se calmaba”.
El amigo le contestó, pero ya no obtuvo respuesta. Una familia devastada Julia Flammini había nacido en la ciudad bonaerense de Azul, donde vivió hasta que a los 18 años decidió venir a La Plata para estudiar Derecho en la Universidad Católica.
Cuando se recibió, a los 25, tenía dos opciones: volver a la ciudad en la que estaba toda su familia materna, o quedarse aquí. Eligió esto último. Su padre Carlos Flammini (dueño de la casa velatoria de Berisso), contó ayer a este diario que Julia había comprado un departamento en 19, 41 y 42, donde vivía sola. “Siempre estaba muy ocupada. Tenía sus actividades como abogada y además trabajaba para el Servicio Penitenciario bonaerense” en la sede central de 6 entre 34 y 35, recordó el padre, explicando que “por eso nos veíamos cada tanto”. “Por ahí me llamaba para ir a cenar y hablar un buen rato, pero últimamente no me comentó que estuviera en pareja. Ella era una chica alegre, de buen humor y que siempre decía que andaba todo bien”, aseguró. Julia tenía una hermana de 32 años, Paula, que vive en Azul. Y en La Plata, además de su padre, tiene a sus medios hermanos Abril (21) y Mariano (19). Todos están devastados por la tragedia. Abril describió a su hermana como “simpática, súper abierta. Esto es un golpe durísimo. Al principio mi mamá me dijo que Julia había sufrido un accidente. Jamás me imaginé que había pasado esto”.
La madre de la abogada viajó de inmediato a Gualeguaychú para gestionar el traslado del cuerpo, que acaba de ser inhumado en Azul. La familia de Julia poco sabe sobre los detalles del crimen, ni la marcha de la investigación.
“Sólo sabemos que hay un hombre detenido”, citó el padrastro de la víctima. Además de sus viajes al exterior, Julia también disfrutaba de recorrer nuestro país. De organizar salidas con sus amigas y compartir largas charlas en cualquier bar, hasta bien entrada la madrugada. “Todavía no lo puedo creer. Es una locura todo esto”, fue la reflexión final de su padre.
Antes de morir, Julia Flammini –30 años, abogada, seguidora fiel de Indio Solari– entregó indicios sobre el carácter inquieto de Andrés Roldán. A través de mensajes de whatsapp avisó a su novio que "se estaba propasando".
Pero ni ella imaginó lo que sucedería después en el bungalow 23 de un complejo termal de Gualeguaychú. La encontraron tendida en el suelo, inundado porque el asesino dejó la ducha abierta para que las huellas se diluyeran con el agua. Sin embargo, ese método no alcanzó para evitar que la policía lo apresara, acusado de apuñalar a quien había sido su pareja por un tiempo.
El jueves al mediodía, Julia, su nuevo novio y Roldán llegaron a Entre Ríos ansiosos por ver el recital de Indio Solari programado para hoy. La pareja se alojó en la cabaña 22 del complejo termal Pueblo General Belgrano, en las afueras de Gualeguaychú, mientras que Roldán se ubicó en la lindera número 23.
Según la reconstrucción de los investigadores, en un momento de la tarde en el que el novio salió de la cabaña, la abogada se encontró con su ex pareja.
La mujer entró al bungalow alquilado por Roldán, y se presume que se generó una situación violenta entre ambos, ya que ella llegó a enviarle unos mensajes telefónicos por whatsapp a su novio para advertirle que algo pasaba.
"Se estaba propasando", fue el primer mensaje que recibió el novio de la víctima, tras lo cual le llegó otro que decía que se iba a dar un baño "para ver si se calmaba".
"Se estaba propasando"
Los mensajes enviados por el novio nunca fueron contestados, lo que hace suponer a la policía que Julia ya había sido asesinada.
"Yo lo pude haber evitado" y "ella me avisó que el chabón se estaba propasando", fueron los lamentos que le escucharon al novio de la víctima mientras la Policía Científica realizaba las pericias en la cabaña, según el diaonline.com de Gualeguaychú.
Tras el hecho, siempre de acuerdo a la versión de los detectives, Roldán salió de la cabaña y abordó su Renault Clío, aunque en la entrada del complejo se empantanó el auto y quedó atascado.
Las fuentes aseguraron que cuando un grupo de personas intentó ayudarlo, Roldán bajó del vehículo y salió corriendo hacía una zona de montes.
Esa actitud llamó la atención de los clientes y el personal del complejo, quienes se dirigieron a su cabaña.
Al ingresar, encontraron el cadáver tendido boca abajo en el baño de la cabaña, vestido con un jean, una remera negra y zapatillas, y con visibles lesiones punzocortantes.
A su lado, añadieron las fuentes, se encontró un cuchillo de cocina quebrado, mientras que en la habitación había restos de cocaína y una campera que sería de Roldán, con otro cuchillo en uno de los bolsillos.
Además, la bañadera de la cabaña tenía colocado el tapón y la ducha se hallaba abierta, presuntamente con intenciones de que desbordara y borrara los rastros.
El caso quedó a cargo del fiscal Lisandro Beherán, quien secuestró en la escena del crimen un teléfono celular, el auto, ropa y demás elementos de Roldán.
El fiscal ordenó además que se desplegara de inmediato un operativo para atrapar al sospechoso, lo que finalmente se concretó ayer, alrededor de las diez de la mañana, por efectivos de la policía de Entre Ríos, cuando caminaba por la esquina de Avenida Parque y España.
Según las fuentes, al momento de su detención Roldán negó su nombre.
En ese sentido, el subjefe de policía de la provincia, Juan Rosatelli, explicó que el detenido "tiene características morfológicas idénticas a las del sospechoso del crimen, pero que deben realizarse distintas pericias para confirmar la identidad".
Por otra parte, Rosatelli aclaró que "nada tiene que ver el homicidio con el espectáculo del Indio Solari. Estamos ante un hecho ocurrido en un ámbito privado, dentro de un bungalow, donde los protagonistas se conocían y se trataba, tanto víctima como victimario, de personas adultas y profesionales. No estamos ante una situación de muerte en ocasión de robo o asalto."
Fanática de Los Redondos
La abogada Julia Flammini era fanática de Patricio Rey y Los Redonditos de Ricota y de su líder, El Indio Solari. Había nacido en Azul y desde hacía años vivía en la ciudad de La Plata donde ejercía su profesión. Actualmente, estaba en pareja con un muchacho de Carhué, pero hace un tiempo atrás, había conocido a Andrés Roldán, un hombre de 38 años que vive en Florencio Varela, con quien también mantuvo una relación sentimental que duró varios años.
Flammini y Roldán habían comenzado a frecuentarse después de que se conocieran en otro recital de Indio Solari en la provincia de Mendoza.
Tras el asesinato de Julia Flammini (29), el padrastro de la joven el Dr. Juan Aspitarte, aseguró que a su hija la mataron de 70 puñaladas y negó que tuviera una relación de tipo pasional con Andrés Roldán (37), el presunto asesino.
"En medio de una situación terrible se vio acosada por un señor de apellido Roldán que intentó violarla y ante el rechazo de mi hija la apuñaló más de 70 veces", señaló Aspitarte.
"Julia había viajado en compañía de un amigo que se alojó en otra cabaña del complejo, al que le escribió mensajes mientras estaba siendo acosada por este hombre (Roldán), diciéndole que sentía que se estaba sobrepasando, que quería besarla", relató.
Asimismo, contó que Flammini "tenía bajo sus uñas las marcas de haber luchado contra este hombre". Esto, según dijo, "forma parte de la prueba más contundente de la agresión".
Aspitarte, que es psiquiatra, vinculó el consumo de sustancias a los hechos delictivos. "El consumo de sustancia está destruyendo a nuestra juventud. No sólo nos genera una gran inseguridad cuando la consumen sectores de la marginalidad delincuencial, sino también sectores de la población que no son marginales pero que por el consumo de sustancias pierden el control de sus actos y pueden llegar a cuestiones tan aberrantes como la que yo vi" revelo el ex Secretario de Salud de la Municipalidad de Coronel Suárez a los medios periodísticos porteños que lo consultaron ante semejante tragedia.

 
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