El ministro Carlos Tomada buscó hoy quitarle envergadura a la jornada de paro a la que la CGT de Hugo Moyano y la central Azul y Blanca, que comanda el gastronómico Luis Barrionuevo, llamó para el jueves. "No es un paro general en la medida en que la mayoría de las actividades van a funcionar normalmente", indicó.
Los organizadores de la protesta, que contarán con el apoyo de la CTA de Pablo Micheli, entre otras organizaciones, vaticinan un enorme impacto de la huelga. Es que la adhesión de gremios como La Fraternidad y APLA implica que no habrá sistema de trenes ni vuelos internacionales y de cabotaje.
En una conferencia de prensa, el titular de la cartera laboral redujo la protesta a un sector definido: "Creo que es más bien un paro de la actividad del transporte". Reconoció, no obstante, que la falta de servicios, sumada a los piquetes previstos para esa jornada, generarán problemas de traslado. "Tendría que ser un día normal con dificultades para los desplazamientos", añadió.
Tomada hizo esas declaraciones minutos después de participar de una reunión en la residencia de Olivos en la que la presidente Cristina Kirchner recibió a los representantes de los trabajadores mercantiles y bancarios, y a los empresarios del sector, que en las últimas horas llegaron a un acuerdo para aumentar los salarios. El funcionario evitó hacer interpretaciones sobre la posibilidad de que la huelga esté vinculada a las negociaciones colectivas que se llevan a cabo.
Son numerosas las actividades que se estima estarán afectadas por el cese de tareas. La falta de camiones podría generar desabastecimiento de combustibles, alimentos y dinero en los cajeros automáticos, además de la recolección de residuos.
En un acto transmitido por cadena nacional, le presidente Cristina Kirchner aclaró hoy que respeta el derecho al paro. "Que mañana nadie diga que critico el derecho a huelga. Todos tienen derecho a hacer huelga, y está muy bien", dijo desde Tecnópolis. Y añadió: "Que nadie se sienta aludido".
Fuente: Infobae.