Alicia Sauer, la mas chica de las hermanas peluqueras, forma parte de una gran dinastía de esta profesión que han ganado una trayectoria impecable, por lo tanto en estas vísperas de la celebración de los suarenses, el 6 de agosto que se aproxima, nos cuenta que “a los 15 años empecé de peluquera con Celina de ayudante y a los 18 ya empecé sola, es decir que hace 42 que estoy al pie del cañón”.
“Me encanta la peluquería, no podría estar sin ella, porque de la casa no me gusta nada; esto es mi vida, esto lo amo, lo hago desde muy chiquitita, es mi pasión, cuando la veía trabajar a Celina siempre dije que iba a ser peluquera”.
Sobre sus inicios recuerda que “mi mamá quería que yo siguiera estudiando, pero yo aposté a esto y no me arrepiento para nada, ya que me ha dado muchas satisfacciones, muchos amigos, clientes de 42 años, a quienes me doy cuenta desde que abren la puerta cómo están, somos como una familia”.
Su memoria es prodigiosa y por eso nos expresa que “mi primer clienta fue Yolanda Lázaro, se atendía con Celina y cuando puse mi peluquería se vino para aquí y ahí estamos, todavía juntas; como ella con varias sucede lo mismo”.
Siempre en su salón de la calle Rivadavia, Alicia reconoce que “hoy las técnicas cambiaron muchísimo, sobre todo en tinturas; antes eran naturales, ahora hay mas oxidantes y tinturas fuertes que a mi mucho no me gustan, porque trato de cuidar siempre el cabello”.
“Durante años peinamos a las chicas para la elección de la reina, nos encantaba porque creíamos que era una devolución a la ciudad, ya que representábamos a las peluqueras de Coronel Suárez”.
“A la gente siempre le gustó eso, teníamos buenos comentarios, pero después llegó un momento que ya estábamos un poco cansadas, había cambiado todo, nos pareció que habíamos cumplido un ciclo y había que dejar lugar a la nueva gente”.
Sobre las experiencias con quienes se casan dice que “nunca me pongo nerviosa, siempre estoy muy relajada, inclusive cuando peino una novia con quien se trabaja antes, de acuerdo a lo que cada chica quiere, lo mas difícil es la prueba, porque no saben que quieren, después el día de la boda están tranquilas” concluye Alicia Sauer de Fernández.