Lejos de encontrar en estos días transcurridos alguna solución, la situación está mucho más tensa para los trabajadores de los talleres que funcionaban en el salón parroquial de Pueblo Santa María.
Es que con el paso de las horas la desesperación ha ido ganando mucho más a los empleados que continúan con la empresa tomada porque no se les ha dado respuesta a su reclamo, de que se les pague lo que el empleador –Guillermo Videla- les adeuda y porque temen que si abandonan el lugar se terminen llevando las máquinas, vaciando la empresa que ha sido su fuente de trabajo por dos años y a la que le pusieron el hombro desde hace unos cuantos meses a esta parte.
El lunes por la mañana todos los trabajadores estaban en el lugar y durante el fin de semana habían permanecido en grupos, custodiando el sector para que no se llevaran las maquinarias.
Estaban en asamblea, exteriorizando su bronca porque la propuesta que les hizo el Intendente en la Delegación Municipal de Santa María no los conformó y lejos de eso los indignó mucho.
Y aunque habían designado para hablar a una trabajadora, Rocío Ullman, terminaron otras mujeres y hombres haciendo apuntes que graficaban el dolor por la situación, porque no tienen qué llevar a su casa y porque tienen muchas horas trabajadas sin que haya posibilidad de cobro.
Aquí están algunas de sus expresiones.
“La situación es devastadora, ya no sabemos cómo seguir, venimos de una reunión (con el Intendente) en la que las propuestas fueron deprimentes, no hubo nada concreto, se nos quiso dar como opción que tomemos el trabajo que se nos propone. La mayoría tenemos una antigüedad por la cual nosotros nos ganamos el sueldo con el vivimos. Cuando el Jefe Comunal nos preguntó el sueldo que teníamos, y dijimos que es alrededor de $4.500 - $5.000, lo tomó como si fuera mucho y quiso conformar a los varones con la posibilidad de trabajar en el Municipio, con un sueldo básico de $1.800”.
Agregaron que “no sabemos cómo seguir, no queremos hacer lío, ni quemar nada, ni romper nada. Nos dijeron: sean inteligentes y tomen lo que hay, porque es la única solución que encontramos. Cuando yo le pregunté si entro a trabajar el 1ero de agosto con el señor Franco (uno de los talleres que podría abrir las puertas para el ingreso de algunas de las trabajadoras) y me pagan el 30 de agosto ¿cómo hago para vivir todo ese mes?, la respuesta fue que capaz que tenemos la suerte que nos den un adelanto”.
“Todos nos damos cuenta que hay una guerra política, no quieren que los gremios nos apoyen, cuando todo este fin de semana nos alimentamos nosotros y nuestros hijos gracias a que los gremios nos ayudaron (Papeleros, Empleados de Comercio, Municipales y UTICRA), no hubo nadie del Municipio que se acercó”.
“Solamente los gremios que mencionamos nos trajeron comida, leña y estuvieron en apoyo moral y psicológico, porque la situación es muy triste. Los gremios no están haciendo política, nos están apoyando, bancándonos, nos traen mercadería para poder estar”.
Enfáticamente, con lágrimas en los ojos la mayoría de los trabajadores y llorando algunas de las mujeres, reclamaron por una solución donde no pierda la dignidad ganada como trabajadores en estos años.
“Tenemos entendido que el COPRODESU le ha dado ayuda económica al Sr. Videla, por qué ahora no pueden buscar otra ayuda para solucionar lo que nos deben. Hay elaborado un convenio donde expresa que ellos tienen la obligación de tomarnos con la misma categoría, cuando pedimos esto nos tratan de soberbios, que tengamos humildad y que nos fijemos en el lugar en el que estamos. Vamos a seguir firmes, queremos una solución inmediata. Necesitamos comer hoy y mañana, esa es la realidad. Estamos firmes y no vamos a aflojar. No tenemos pegado en el delantal a quién vamos a votar, queremos lo que es nuestro, ¿por qué vamos a regalar 30 días trabajados? Estamos todos re quebrados, esto ya no da para más. El Sr. Videla viene, carga todo y le siguen dando: de la Municipalidad y del COPRODESU. ¿Por qué a la plata que le dieron a Videla en diciembre no le siguieron los pasos para dónde iba, en qué se utilizaba? Nadie lo controló. ¿La Secretaría de Trabajo dónde estaba? Yo la verdad me siento defraudada, porque uno vota y paga los impuestos para que nos defiendan. Acá tapamos todos, ¿me tengo que callar la boca y tragarme todo porque soy pobre? Yo también tengo derechos loco!”.