Consultado, explica que “la campaña la estamos haciendo conversando en los barrios con la gente, tratamos de hacer reuniones familiares, con amigos, en lugares de trabajo, donde explicamos nuestras intenciones y convicciones. Vemos que electoralmente es una guerra de aparatos: quien tiene la estructura electoral más grande, aunque no tenga la incidencia o el programa para hacer frente a la crisis en la que nos encontramos, hace que la boleta llegue después a las urnas”.
Indicó que “estamos tratando de crecer orgánicamente, a partir del contacto que habíamos hecho en las anteriores elecciones; gente nueva que se ha sumado buscando armar una estructura que nos permita entrar a los Concejos Deliberantes y a la Legislatura Nacional y Provincial”.
Se necesita un piso de 330.000 votos para entrar a la Legislatura Provincial y 3.000 votos para el Concejo Deliberante.
El dirigente anticipó que “estamos con mucha expectativa. La gente con la que conversamos nos señala que somos uno de los pocos partidos que ha quedado con una estructura y un programa con el que hemos sido consecuentes. Por eso le pedimos a la población que nos acompañe con su voto y nos permita entrar al Concejo, para demostrarle lo que podemos hacer. No vamos a cambiar de bando ni de vereda, vamos a seguir sosteniendo siempre los mismos derechos para la gente y para los trabajadores”.
Rubén Allende, con la coherencia ideológica que lo caracteriza, expresó que “permanentemente venimos reclamando sobre las condiciones laborales, el nivel de salario. Nuestro programa apunta a terminar con la precariedad laboral, terminar con el trabajo en negro, que los planes de empleo sean circunstanciales, que se respete el 82% móvil. Tenemos un Distrito, una Provincia y un país rico y la verdad es que la plata no se redistribuye, se va para otro lado”.