Servicio Meteorológico Nacional - Coronel Suárez.
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Conflicto en un microemprendimiento de Pueblo Santa María.
Pertenecen a las firmas IAM y FCA.

Los empleados denunciaron que les adeudan dos quincenas y el aguinaldo.
Desesperados tomaron la empresa para que no se lleven las máquinas ante la posibilidad de un vaciamiento.
Una difícil situación que afecta a más de 45 trabajadores de los Pueblos Alemanes y nuestra ciudad.
El viernes la situación hizo eclosión y arreciaron los comentarios sobre un posible vaciamiento del taller.
Una realidad que se inicia por un desmanejo empresarial y con deudas millonarias con la AFIP, el COPRODESU y obviamente los retrasos salariales.

IAM y FCA son los dos talleres de aparado de calzado que funcionan desde hace dos años aproximadamente en el salón parroquial Juan Peter de Pueblo Santa María.
Las firmas pertenecen, una a Guillermo Videla y la otra una parte a la familia Torres, donde trabajan 10 operarios, y del resto también es copropietario Guillermo Videla.
En total en el lugar trabajan alrededor de 45 personas, la mayoría de ellas mujeres, quienes 16 viajan todos los días desde Coronel Suárez para cumplir con sus obligaciones laborales.
Otras hacen el recorrido desde Santa Trinidad, San José y el resto del plantel se completa con vecinas del mismo Pueblo Santa Maria.
En diciembre, cuando se registraron retrasos en los pagos, hubo un reclamo por parte de los trabajadores que terminó en 6 despidos, algunos de los cuales registraron luego reincorporaciones con la promesa de que la situación se iba a normalizar.
A la fecha, hace un mes (dos quincenas, la última de junio y la primera de julio) que los trabajadores no han percibido un solo peso por las labores brindadas.
Tampoco se les ha pagado la primera cuota semestral del aguinaldo, además se adeudan siete meses de alquiler a la Parroquia de Pueblo Santa María y como no cobran las operarias no han podido pagar la combi que cada día hace el recorrido entre Coronel Suárez y Pueblo Santa María.
Pero el propietario de uno de los talleres que funciona en el salón y copropietario del otro emprendimiento, Guillermo Videla, debe también $80.000 al COPRODESU por créditos otorgados oportunamente, y se dice que tiene una deuda con la AFIP que es cuantiosa, por lo que todos los cheques que recibe de Vulcabrás, para quien produce la parte de las capelladas de algunos de sus modelos de calzado, quedan automáticamente incautados por el organismo de recaudación nacional.
El viernes por la mañana la situación era desesperante para los trabajadores y después de ponerle el hombro durante varios meses a la empresa decidieron finalmente parar el trabajo y literalmente tomar el lugar.
Es que habían circulado comentarios y presunciones sobre un virtual vaciamiento del taller de aparado de calzado, llevándose las maquinarias a otro lugar.
De hecho cuatro o cinco máquinas, que estaban alineadas muy cerca de la salida, parecían justificar el temor de los empleados.
En diálogo con La Nueva Radio Suárez buena parte de los operarios del taller manifestaron todas sus preocupaciones y angustias.
“Hace más de un mes que no cobramos. Hay gente que fue despedida hace poco menos de un año y nunca se le pagó el despido, hubo quienes renunciaron y nunca cobraron la plata”.
“Todo esto se trata de aprietes y de manejos. Nos dijo el propietario del taller que había embargos que pagar y decidimos apoyarlo trabajando, pero la situación es que ahora ya no tenemos qué darle de comer a nuestros hijos. La mayoría somos mamás solas y no sabemos qué hacer, la situación no da para más”.
“El último cheque entró ayer (por el jueves) de la fábrica Vulcabrás, con producción trabajada, hecha por nosotros, y fue embargado por la AFIP. ÉL (por Videla) tiene una deuda de casi 3 millones de pesos con la AFIP. La semana pasada recibimos $150, que fue el único dinero que nos llegó en un mes de trabajo, así no podemos seguir más”.
Con angustia en los ojos, mucha bronca, porque se trata de trabajo realizado y no cobrado, temiendo por la pérdida de la fuente laboral, pero sabiendo que no se puede estirar más esta situación, los operarios ayer manifestaban toda su desazón frente a una situación de injusticia.
Ganar poco en un trabajo afecta la dignidad, pero trabajar y no cobrar es el peor escenario que se puede enfrentar quien tiene en ese sueldo el alimento, la seguridad social y la educación para sí y su familia.
Es la situación más indignante a la que se puede enfrentar un trabajador. Esto es lo que venían sufriendo los operarios de un taller de aparado de calzado de Santa María, que ayer finalmente explotó.

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